13 mar 2013

L.- Personajexs.- 23/54 JOEFO-NERON- POPEA- EL CENSO-MARONITAS




            FLAVIO JOSEFO y curiosidades
                                    (SIGLO I)

Es un historiador hebreo fariseo. Naturalmente hablaba griego y latín. No era cristiano. Había nacido en el año 40, o sea  a los  10 años de haber muerto Jesús.  En el 90 escribió Antigüedades Judías y en ellas hace alguna mención a Jesús de Nazareth. Es la primera mención  histórica que se haga de Jesús de Nazareth. Pero sobre esas menciones  de Josefo se ha hablado, se ha  escrito, discutido muchísimo: que si la referencia es auténtica, que si falsa, que si es parte auténtica y parte falsa, que si hay interpolaciones fuera de la época, que si no las hay. Mencionar todas esas opiniones es un trabajo  inútil. Aclarar los puntos, dudosos, es casi imposible. Bastará recordar en general que la experiencia nos enseña  que en el  curso de la historia, pasada y presente, una infinidad de hechos, datos, documentos  han  sido interpretados, glosados, comentados, modificados ,  adulterados, a veces de buena fe, casi siempre de mala fe, con los fines de subrayar determinados hechos  o verdades; para glorificar o para denigrar. Los sabios doctores de la ley judía y los píos monjes o comentadores cristianos no han sido  ajenos a esas costumbres. 
 Uno se pregunta: cómo es que no existe ningún registro de la vida de Jesús en los documentos romanos de la época, ya que  debería haber causado gran conmoción?  Y como es posible que Flavio Josefo, el único historiador “presente” , escritor meticuloso, que habla  por páginas sobre la ejecución de un personaje secundario,  que escribe exhaustivamente sobre Juan Bautista, como es  entendible que un historiador así dedique solamente dos parrafitos a Jesús de Nazareth: las dos menciones que acabamos de “ mencionar” ? ¿Y que los dos párrafos  sean  considerados con reservas? Y que tampoco  refiera algo sobre  los líderes del grupo de cristianos, ni Pedro y Pablo, ni  María? Hace solamente una referencia a  Santiago, “hermano “de Jesús. 
  Sabemos que los escritos de Josefo llegaron hasta nosotros solamente a través de fuentes cristianas.
Es obvio que han sido manipulados

  Flavio Josefo  con Neron y Popea .
El historiador Flavio Josefo no ha sido solamente historiador y tranquilo estudioso escribiendo en su mesa de trabajo.
En el 64 siendo  poco más que veinteañero  se irá  a Roma pidiendo audiencia nada menos que al Emperador Nerón.  Quería interceder para la libertad de algunos sacerdotes judíos acusados de rebelión contra Roma. Pero, por  motivos desconocidos el impredecible Emperador  Nerón quiso que el atrevido palestino fuera procesado y encarcelado.   Flavio Josefo, el circunciso, venia de Palestina pero era un joven apuesto, de marcada nariz semita, de agradables modales y provocó  la curiosidad  de Poppea, la poco virtuosa esposa de Nerón en este momento. Evidentemente cayó en sus  gracias y el joven fue liberado, no se sabe si con o sin  el consentimiento del Divino Nerón. Tampoco se supo nunca si compartió, aun que fuera efímeramente, el voluptuoso yacuzzi de Poppea a base de leche de asna.
Pero, quien era Poppea? la Emperatriz que salvó al futuro historiador Josefo?
Tácito nos dice que Poppea tenía “todo”, menos honestidad. Era de una buena familia: su mamá Poppea Sabina se había suicidado  por las intrigas de Mesalina, la putísima y ninfómana esposa de  Claudio. Nuestra Poppea estaba casada   en segundas nupcias concierto Otón, un General favorito de Nerón el cual se la ofreció al Divino  como amantes para sus lujurias femeninas. Porque también el Divino Emperador Nerón, el fuerte, andaba “a la vela y al vapor”, en busca de variantes sexuales; y con el tiempo estaría bajo la influencia siempre mayor de su nueva amante. Influencia que fue evidente cuando, por motivos de “jerarquía”, ella convenció al Emperador  que ejecutara su madre Agripina.  Y no satisfecha todavía la dulce Poppea convenció al Divino Nerón que matara también a su esposa, la Emperatriz Claudia Octavia. Y el Divino, divinamente, le obedeció y Poppea se  transformó oficialmente en Emperatriz. Pronto se hizo famosa en Roma por su belleza y coquetería, implantando en la sociedad romana nuevos métodos para mantener radiante su piel que alimentaba, además que con la leche de asna, con masajes de esperma de jóvenes mancebos  escogidos ad hoc. Pero un buen día, pero malo para ella, el Divino Nerón, borracho, le dio una patada en el vientre  estando embarazada, la dulce Augusta Consorte  abortó y casi inmediatamente se murió.
 El arrepentido Nerón, que a su manera la amaba,  buscó consuelo a su ánimo afligido entre las nalgas de otro favorito, el homosexual Esporo. Este joven era de extraordinaria belleza, muy parecido a Popea y  Nerón se prendió de él. Los dos se enamoraron al punto que  convinieron en la castración de  Esporo, para que fuera mujer, casi totalmente. Y el Divino  lo llamaba “mi Popeyita” a recuerdo y honor a su esposa. El pueblo de Roma,  siempre irónico, comentaba que habría sido mejor para Roma, que la madre de Nerón hubiese sido así, como el favorito, de manera que Nerón no habría podido nacer nunca! De todas maneras con la erupción del Vesubio de poquísimos años después, en el 79,  nos llegó, salvada bajo la lava, después de 2000 años, una de magnificas casas de placer  de la Divina Poppea con casi todas sus correspondientes instrucciones y detalles; y en nuestros días  fue decretada Patrimonio de la Humanidad, aun que la leche de asna se haya secado.
 Flavio Josefo y Vespasiano.
 Bueno, regresando al joven Flavio Josefo, aun sabiendo que Poppea era  una mujer muy peligrosa, quiso aceptar el riesgo y no le fue tan mal en la Ciudad Eterna, ni en el yacussi de la Emperatriz. Después de las vacaciones romanas regresó a su tierra, participó en la Gran Revuelta contra Roma, fue capturado y conducido frente al General Vespasiano al cual predijo que sería Emperador. Al poco tiempo  Vespasiano fue aclamado Emperador,  quiso premiar al adivino, le dio dinero, una pensión,  la ciudadanía Romana y le regaló una casa suya en Roma.  

Otra espinilla: El Censo. 
Se habla de que Maria y José tuvieron que ir a Belén, porque tenían que censarse;  en el Censo Romano, por supuesto. En los territorios del  Imperio  el hecho de registrar eventos era algo sumamente común y difundido, para cualquier cosa que formara la praxis romana. Los registradores romanos  eran meticulosos pero, cosa extraña, no hay alguna referencia de ningún  censo en aquel tiempo en Palestina.  Mateo, el evangelistas Mateo, el segundo en orden de tiempo, sabía muy bien que las profecías judías decían que el Mesías TENIA que nacer en Belén. Y  en todo el evangelio se nota que Mateo está  dirigiéndose  a los judíos para convencerlos que Jesús era el Mesías profetizado.  Surge por lo tanto la duda de que el buen Mateo, de buena fe, para no privar a los judíos del beneficio  de hacerse cristianos y salvar su alma, haya  ligeramente forzado el evento del nacimiento trasladándolo a Belén, con pastores, ovejitas blancas,  Reyes, estrellas,  estrellitas y  villancitos de Navidad para que las profecías se cumplieran.
Otra Espinilla: El Proceso a Jesus
Y otro caso similar es el del Proceso a Jesús. No hay ningún documento del Impero, contemporáneo, que  haga referencia a un proceso así antes el  Tribunal; proceso de una cierta importancia, que llevó a una pena capital, y que con  el requeteconocido   “lavarse las manos”  pasó a la historia. Uno se pregunta: pasó a la historia o pasó a la leyenda?
 Otra Espinilla, cómica: Los Mormones
 Y a propósito de leyendas  ¿no es otro tanto rocambolesco que en pleno siglo XIX, años 1.800, época de la Revolución Industrial y de las teorías de Freud   y de Darwin,  aparezca en Estados Unidos de América un  joven, un tal José Smith, con el cuento de que había recibido una “nueva Luz” que  revelaba las andanzas de Jesús Cristo en América del norte porque, después de la Resurrección, Jesús habría agarrado  un barco de la Costa C para hacer una visita a los Pieles Rojas? Y lo interesante e indicativo es ver cómo las fantasías se transforman en realidades.Porque esta historia, originalmente patrimonio de unos poquísimos elegidos, se ha ido difundiendo al punto que hoy en día hay casi  13 millones de seguidores, los Mormones, entre los cuales un candidato a la Presidencia de Estados Unidos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy buena historia, hubiera hecho falta un historiador contemporáneo como tú, así no tendríamos tantas dudas.
Angel.