30 sept 2011

L O S G I T A N O S

  Rom,Aegypto,Egipto,Egiptanos,Gitanos,Ziganos, Zingari,
Gypsy,Zigeuner
 

                                                ***



Mira un poco al tipo  feo ese… ¿no se  parece a un gitano…?”
“Oigas, jovencito, y¡ cuidado! si  no te porta bien, te voy a dar  a los gitanos…”
Así se decía un tiempo. Así me decía a veces mi mamá. Ahora no se puede decir más. Ahora hay que dar vueltas a las palabras. Al negro no se le puede decir que es negro, sino hombre de color. Al amarillo creo tampoco les puedes decir amarillo, y a los pieles rojas de nuestra adolescencia hay que llamarlos  ciudadanos norteamericanos: Mister Toro Sentado, algo así...  A las putas no se les puede decir putas: son trabajadoras  sexuales con sindicado que las defiende. A los cretinos no se les puede decir cretinos sino discapacitados. Y a los viejos decrépitos y dementes, hay que decirles adultos de no sé qué edad determinada.
 El gitano era sinónimo de  saltimbanqui, ladrón, robo de gallinas, robo de niños, tracalero, hombre malo, brujo. Todo eso se decía de ellos, pobrecitos.
Pero es también verdad  que  no todo era  negro y malo: había una linda y vieja canción que decía” Suena  para mi corazón, oh dulce  violín de gitano..” Y  también la Opera esa, La Traviata   hace  cariñosa referencia a ellos: “Noi siamo zingarelle,( gitanillas ) venute da lontano. ---a ognuno sulla mano ---leggiamo  l'avvenir.....". 

Así que surge la pregunta: quiénes eran y quiénes son  esos gitanos?
 En origen vienen "di lontano", de lejano, como dice la Opera; mejor dicho, vienen de lejanisimo, nada menos que  desde aquella India Norte Occidental porque, según los “expertos”, en tiempos muy remotos  fue invadida por los Arios o Arianos y los “autóctonos”   en buena parte  desplazados.  A esos invasores Arios  se les llamará  también Caucásicos,  debido a las montañas por donde pasaron y donde pudieron ver de cerca el Arca de Noé, incrustada allá arriba en el Monte Árarat. Desgraciadamente no quedó constancia de esto ya que las cámaras digitales no habían sido inventadas todavía.
 Esos Arios habitaban  desde milenios zonas del Norte de Europa donde  más o menos vivían entre  hielo, mammuth, frío polar, un tímido  sol  debilucho  y donde el non-invento de la heladera los tenía sin cuidado.  Habían  tenido  tiempo para perder la melanina y el color  de su originaria África y,  ya transformados en blancos y rubios,    se olvidaron  que en origen ellos también estaban bien bronceados. Y cuando conocieron a los "autóctonos" del sur, comenzaron a considerar inferiores a aquellos grupos de pueblos  que,  aun con tonalidades diferentes, habían mantenido el  originario color oscuro de piel y cabellos.
Esos Arios eran  antiguos primos hermanos de  otros  grupos de Nórdicos  que aparecerán un poco  más tarde en la historia: los Rubios Aqueos, como los llamará Homero y uno se pregunta  de paso como hizo el Poeta, siendo ciego, a apreciar el color del cabello. Y éstos Aqueos, cantados en la Iliadas , invadieron, conquistaron, destruyeron, absorbieron, mezclándose con los Pelásgicos, “indígenas”  habitantes de la Grecia arcaica, peninsular a insular y con Dóricos y con Jónicos y también con Turcos, según nos enseño la inefable película Arde Troya. Pero , pequeño detalle, ademas de las destrucciones también  inventaron la civilización  griega, dando  origen a nuestra cultura occidental.
Y por últimos aparecieron, muchos siglos después, otras tribus de Nórdicos Germánicos: Godos, Francos, Visigodos Ostrogodos , Longobardos, Vándalos  que con el tiempo se  mezclarán  con los  Latinos, los  verdaderos latinos, los antiguos habitantes del Latium, los Romanos de Roma, formando  con la mezcla de  las dos razas ese continente de vigorosos mestizos  que ha sido Europa.
 Pero los Arios primitivos, los de la primera fuerte migración, la de hace 4 o cinco mil años atrás,  los que bajaron hasta el sur del continente asiático,  fueron los que, llegados a la India, inventaron el sistema de castas: para ellos, o sea para los blancos puros se reservarían las castas dominantes, como las de los Brahmanes; mientras que las otras castas quedaban para los demás, para los mas oscuros, los producto del mestizaje,  ( Guerreros, comerciantes, profesionales) o para los indígenas originarios. (Parias o Intocables).
 Ya que estamos en argumento de migraciones, quisiera solamente recordar que en una de las primeras y por lo tanto lejanísimas migraciones de los Arios, estos  había ya pisado los callos a otras tribus indias, las que después se les llamarían “Hombres de las cabezas negras” los cuales, frente a la arremetida nórdica, agarraron sus pertenencias, sus cosas, sus familias, casas y su “civilización” y se fueron a Mesopotamia y se  bautizaron Sumerios.  Y desde allí, desde  Ur (Sumer),  y un poco más tarde,  un jefe tribal irrequieto llamado Abraham, comenzó su periplo en busca de su Tierra Prometida, desplazando a su vez otros indígenas en honor al principio general de convivencia humana que  es el del “Quítate tú que aquí voy yo”.  Así que si esta historia de los  Sumerios “hombres de cabezas negras” es cierta, el desalojo será muy parecido  al del otro grupo de hindúes norte  occidentales, los Gitanos, que  también en buena parte fueron alejados de sus tierras. Sin embargo, mientras la primera diáspora de hindúes era de grupos más o menos sedentarios, como después se revelaron la mayoría de los  Sumerios,  esta segunda diáspora se reveló compuesta de nómadas, pobre gente que se quedó sin casa. Nadie quiso dársela y con el tiempo se acostumbraron a no tenerla.

 Estamos hablando de nuestros gitanos.

Y camina que te camina, probablemente a través de Persia ( Irán) llegaron al mar Caspio o al Ponto Euxino ( Mar Negro), y se dividieron en dos grupos: un grupo  bajó hacia Siria, Palestina, Egipto; y otro grupo hacia el norte, y entrando  en Europa a través  de “Shytia” y “ Sarmathia”, llegaron a los Balcanes y desde allá  a  Europa Central.  Obviamente  esas transmigraciones duraron siglos. Más o menos en el año 800 llegaron al Imperio Bizantino, a  Constantinopla, en los   tiempos de Carlo Magno, Rey de los Francos y Emperador  Romano de Occidente   y de Irene Emperatriz del Imperio Romano de  Oriente. Irene,   la dulce mujer que mató a su marido,  cegó a su hijo pero  revivió  el culto de las Imágenes y la Iglesia, agradecida, la hizo Santa.
Los grupos Hindúes-Gitanos  que habían escogido el camino por el sur llegaron a Egipto.  De Egipto pasaron a Sefardi (España). Y los españoles los llamaron Egiptanos, porque provenían de Egipto.  El termino "Gitanos" nació así, pero después  se modificará según la fonética de los varios Países  que los “acogerán” y serán Tziganos para Hungría, Zingari en Italia, Gypsy en Inglaterra, Zigeuner en Alemania. Debido a que  a tierras francesas llegaron desde Bohemia, en Francia los llamaron Bohemienne,  así que el termino paso a significar no a la “raza”, sino a un tipo de vida que se llamará “ a la boheme”, pero ya sin ninguna connotación gitana.
¿Cómo fueron tratados esos gitanos?
Mal.  Como todos los grupos que, por un motivo o por otro, se mantienen  apartados y quieren ser   diferentes y no se integran.  Se mira con sospecha al que quiere mantener su religión, sus costumbres, su lengua, sus tradiciones. El “otro” es el enemigo. Quizás es justo que sea así, Quizás no. No entro en la discusión. Pero es así. El clan rechaza al “otro”.  Veas los Pogromos, vea el Ku Klux Klan, veas los Autos da fe, veas Mathausen. Cuando un grupo étnico es tal que se escandaliza porque una mujer durante la misa del domingo lleva un sombrero diferente del usual,  es imposible no llegar a extremos de intolerancia fanática que a menudo coinciden con delincuencia. Así sucedió  para los católicos en tierras de protestantes, a protestantes en tierras de católicos, a negros en tierras de blancos, a blancos en tierras de negros...y así pasó con los gitanos como pasó con los hebreos. Y regresando a nuestros gitanos se puede decir que nunca fueron bien acogidos: a veces fueron tolerados, más a menudo perseguidos. Como caso extremo recordaré las atrocidades a que fueron sometidos en Rumanía, y no hace mucho,  los esclavos gitanos: todavía en el 1800, se les castraba  para que pudiesen ser empleados como cocheros de damas de alcurnia; para mayor tranquilidad de los maridos, por supuesto
Todos saben de los  millones de hebreos sacrificados por Hitler: horror, horror, se dice justamente...pero, ¿quiénes de nosotros sabemos cuántos “Zigeuner” han seguido el mismo destino? Fueron algo más de 400.000, en una población étnica mundial aproximada de 2.000.000  y el 20 %  es una proporción  muy alta. 
Ellos hablan su  lengua aún que muy poco ha quedado ya del Romanii cib   originario  neo-indiano con algo de sánscrito, porque su “ lengua”,  con tanto vagabundear, se ha mezclado con armenio, árabe, persa,  amén de la influencia de las lenguas hospedantes.
Los estudiosos expertos han creído  individuar tres grupos principales de gitanos:
 Los KALDERASH, provenientes de los Balcanes que serian los más numerosos;  Los GITANOS  en España,  Sur de Francia en Norte África;  y los MANUSH o SINTI en Francia del Norte, Alsacia  y Alemania.         En Italia los " nomadas" que tenemos son en mayoría  Gitanos pero con infiltraciones de Kalderash balcánicos llegados de  Yugoslavia.  Quizás a una vista superficial  los gitanos parezcan  todos iguales: no es así.   Si al tratar  de escucharlos mientras hablan entre ellos entiendes algo, son Gitanos;  si no entiendes nada, son  Kalderash de los Balcanes. 
Sin embargo es una fantasía el cuento del Rey de los Gitanos, recientemente inventada por Hollywood, aun que sí, existen algunos jefes tribales que en las zonas orientales  se llaman “vaivoda”, palabra de indudable fonética eslava.
Por todo lo dicho se debería deducir que, a pesar de los cambios en el curso de los siglos, los Gitanos “más puros” sean justamente los “Kalderash”, los que viven en los Balcanes, Rusia, Rumania, Hungría. Porque los Gitanos del tipo  “Gitano” o “Manush”  han tenido un camino mucho más largo, atravesando todo el Medio Oriente, Egipto, Norte África  y para después volver a subir por España.
 ¿La Religión? La mayoría de ellos debería ser cristiana. Y quizás católica, pero limitada a los gitanos latinos, o sea Italia, Francia y España.  Un catolicismo gitanesco, diría, porque mezclado con tradiciones lejanas y adaptadas a sus exigencias. Podríamos preguntarnos si son las religiones que se adaptan a los pueblos, para sobrevivir o viceversa. De todas maneras, yo nunca he visto una tumba gitana en un cementerio católico; pero sí,   he visto negar la entrada a  un cementerio italiano, muy famoso, a tres gitanillos.  Asistí a eso personalmente. Ellos insistian que querían entrar para visitar a la tumba de un familiar o conocido.
Pero, querían realmente visitar la tumba de un amigo de ellos, como afirmaban?  O ¿querían sencillamente robar alguna que otra cruz con algo de valor, como sostenía enfurecido el guardián del cementerio? Quien sabe... Hubo una especie de conciliábulo en la puerta de entrada entre un sacerdote, dos policías, el guardián, y otra gente.  Imaginarse, unos gitanos en un cementerio del Norte de Italia.
 ¡Habrase visto ¡  yo les oía comentar.
 “¡Fuera esos mendigos ladrones ¡” les oía gritar.
En ese entonces yo me uní al grupo de los  “bien pensantes”. Corría el año 1956. Ya no era un jovenzuelo pero todavía me  faltaban  buenos 50 años de experiencias, algo de sabiduría y mucho de tolerancia.

Los gitanos tienen un magnifico sentido de la música: saben cantar, saben bailar (recordemos el flamenco) y tocan muy bien la guitarra, el violín, el zimbalón, instrumento a cuerdas poco conocido por...nosotros, los NO gitanos. Tienen una interesante variedad interpretativa... pero me parece que son solamente intérpretes  y que no sepan en realidad crear música. La música divina es, a mi parecer, casi solamente de los alemanes y, aun que en grado menor, de los italianos.

 Hoy en día los gitanos casi no habitan  en aquellos lindos carros, llevados por caballos fuertes, en misteriosas casas ambulantes que emocionaban nuestras fantasías de muchachos, pregustando el  próximo Circo, con sus juegos, sus trapecios, sus animales exóticos. Las organizaciones “bien“ nunca los han vistos con buenos ojos.  Al Estado, a las  Iglesias, a los varios Ejércitos de la Salvación no les gustaba que anduviesen profetizando el futuro o descubriendo secretos, quizás por el miedo de que se atrevieran a descubrir las travesuras de ellos.
Leer el destino de pobres mujeres crédulas, pero también  predecir el futuro a políticos importantes ha sido una gran especialidad de la quiromancia gitana.    
Lo que no se si todavía existe es  el matriarcado. Hasta el siglo antepasado las  comunidades ambulantes tenían una Jefa. La llamaban Abuela o Madre, según la edad. Y cuando un hombre se casaba, era él, era el hombre que iba a vivir en la familia de la esposa. Y el patrimonio familiar era de la mujer-esposa. No del hombre. Pero es evidente que estas tradiciones variaban de grupo en grupo porque es lógico pensar que no teniendo un libro de comportamientos  como la Biblia , dictada nada menos que por Jehová y reglamentaciones tan detalladas como en el Talmud ( de Jerusalén o de Babilonia, que sea), los pobres gitanillos recordaban lo que podían recordar. Y con los siglos es obvio  que  las costumbres de una familia Kalderah en Rusia no podía  tener las mismas tradiciones de una familia Gitana en España. O de las emigradas en América o en Australia.
 Sì... porque  nuestros queridos gitanillos acostumbrados  a dar tantos saltos y brincos en su larga historia,  un día dieron un brinco mayor y llegaron hasta el País de los Canguros. 
Y todo por culpa de los  Arios - Aqueos que los desplazaron.

25 sept 2011

l a s h a d a s

   L  A  S     
 H  A  D  A  S 









Las MOIRAS de Goya
                       
                                     
¿Quiénes son las Hadas?
En mis recuerdos de infancia las Hadas eran bellísimas mujeres, jóvenes, rubias y de ojos claros casi siempre celestes, largos trajes azules, un lindo sombrero en forma de cono con tantas estrellas, un velo blanco longuísimo, una varita mágica en la mano y siempre nos miraban sonrientes y nosotros les pedíamos lo que siempre piden los niños de todo el mundo para sus deseos infantiles. Era el Hada Madrina o el Hada Azul. Y en muestra fantasía de niños la imagen se mezclaba con la de nuestra mamá y con la de la Virgen María: mismos trajes largos, azules, misma dulzura.
Bueno; ¿de dónde vienes las Hadas?
Comenzamos aclarando que nunca hay límites bien definidos en casi todos los eventos antiguos - e inclusive no tan antiguos - referentes a tradiciones, supersticiones, religiones, leyendas. Las imágenes se sobreponen. Los personajes cambian de nombre y de funciones en el curso del tiempo, según los varios países, según antiquísimas tradiciones heredadas, mezcla de influencias romanas, cristianas, musulmanas, germánicas, escandinavas, celtas y referidas según los humores y capacidades intelectuales y de crítica de poetas, escritores, filósofos, trovadores, santos, históricos, cuenta historias, saltimbanqui y demás personajes que contaban los “ hechos “ como ellos los veían o como a ellos les convenía verlos. Nuestra Edad Media es un inmenso, enorme borrador donde convergen tradiciones y fantasías griegas, latinas, orientales, irlandesas, nórdicas. Imaginarse lo difícil que es definir las Hadas. Uno debería preguntarse: ¿hadas? ¿En qué país? ¿En qué época? Porque las hadas aparecieron en tiempos muy remotos, en países y en épocas muy diferentes, han llegado hasta nosotros, los niños todavía creen en ellas y no solamente los niños.
Entre las Hadas (y uso la expresión en su justo significado etimológico de HADAS, o sea FATAS, o sea FATA, Destino, en Latín) las más lejanas son las Moiras griegas. Para citar un caso solamente de la indefinibilidad de la cual hablaba antes, diré que según Homero la Moira era solamente una mientras que según Hesíodo eran tres. Debido a que Homero, gran poeta y todo, era ciego completo, puede que no haya “visto” bien y por lo tanto estimo prudente  creer más a Hesíodo. Esas tres Móiras  eran hilanderas e hilaban el hilo de la vida de los pobres mortales. Todavía hoy en día en muchos países se usa la expresión: “...se quedó con un hilo de vida…”; casi nadie sabe que la expresión viene nada menos que de los tiempos de Homero. Bueno, la tercera Moira, la única de la cual recuerdo el nombre, Átropos, era la que, llegado el momento, cortaba el hilo de la vida y comenzaba el viaje en el Mas Allá.
Después de la Moiras griegas aparecieron los Romanos. Aquel segundo Rey de Roma, astuto rey y sacerdote, tenía su hada personal, la Ninfa Egeria, que siempre lo esperaba en un lindo bosquecillo. Y, es licito preguntarse, ¿qué hacia el Numa Pompilio ese en un lindo bosquecillo en compañía de la bella Ninfa Egeria? Vamos a dejarlo a la imaginación de cada uno de los lectores.
Y esto me trae a la mente la famosa sentencia de un juez de Italia, de la Alta Edad media, "Solus cum sola in loco solitario non cogitabuntur orare Pater Noster", quien condenó por adulterio a una pareja por suposición de pecado.
Y la dulce Ninfa Egeria, agradecida como todas las mujeres de buen corazón cuando un hombre les demuestra ternura, le daba a su amante, Rey y Sacerdote, también sabios consejos sobre como administrar la recién fundada ciudad de Roma. ¡Pobres Romanos si se les ocurría discutir las ordenes del rey! Numa Pompilio, en perfecto acento de Toscana porque, como Benigni, era Etrusco, les gritaba: “No saben Uds. que esas órdenes me las dieron los dioses, a través de  Egeria, la Ninfa del Bosque?” Todos los dioses que se respetan se presentan a los mortales bajo formas de mensajeros, como Mercurio, el Arcángel Gabriel, y otros.
Así que los Romanos desde los tiempos de la Monarquía tenían una sola Hada, la Ninfa Egeria, aun que en comodato únicamente para el Rey. Pero cuando al conquistar a Grecia se dieron cuenta que los Griegos tenias tres Hadas,
“¡Per Hércules!” blasfemaron los Romanos. “Si los griegos, vencidos, tienen tres hadas, porque nosotros, los vencedores, deberíamos conformarnos con una solamente?” y nacieron las tres Parcas, o TRIA FATA.
En el norte de Europa estaban los Suecos, Noruegos, Daneses, los de Gothland, en fin. Pero no habían todavía comprado el boleto para el tour hacia Roma y estaban ocupados a defenderse del frío en sus misteriosos bosques pobladas de gnomos y goboldos. Con el tiempo decidieron unirse con otros grupos de germánicos y, en búsqueda de tierras más templadas, se abrieron paso a través de los Alpes.

    
Desde el cuarto siglo comenzaron las invasiones de esos turistas. Altos, rubios, bigotes asquerosamente sucios, con cuernos en la cabeza, algunos en la frente, llevaron consigo sus Nornas que eran casi parientas de las Parcas–Hadas Latinas. Pero eran malas, feas y vírgenes. Quizás la virginidad es a veces  consecuencia de la escasa demanda del producto. Eran buenas trabajadoras, las Nornas, como nuestras montañesas, robustas pero sin gracia. En fin, función de ama de casa, ángel de la guarda, hada madrina, valkiria, la domestica de la casa: todo junto.
 Después, con los años, la gente comienza a socializar. A las romanas les gustaban esos gigantes rubios del norte y previos baños en aguas perfumadas y arreglo de los bigotes, los recibían en sus pecaminosos triclinios. A las nórdicas les encantaban lo refinados romanos quienes, aun que ya no expertos en el arte de la guerra, tenían fama de expertos en el "Ars Amatoria".
Ese proceso de simbiosis incluye también a las Noiras- Hadas - Parcas - Moiras. Así que las Hadas de la Alta Edad Media pierden la inicial rigidez semiferoz  de los nórdicos y se van transformando poco a poco en la Hada, bellísima, joven, amorosa, elegante, bien vestida, a menudo bien desvestida: una hada amante, en fin. Un hada que trae amor, felicidad riqueza, a veces matrimonio y hasta hijos al hombre que ama. Al Héroe que ama, debería especificar, porque el hada es un ser misterioso, que viene del Mas Allá, pero muy exigente y no se va a enamorar de un pobre diablo cualquiera, un insípido Monsieur Travet, del hombre con traje gris. Debe ser un Noble, un Caballero, un  Héroe, un Personaje.
La literatura medieval es riquísima de aventuras amorosas entre Hadas y Héroes: el Héroe va en un bosque, para cazar, pierde el camino (es el hada que hace que lo pierda), galopa que te galopa, llega casi siempre a un lindo y romántico manantial donde, ay, casualidad, encuentra una joven bellísima que se baña desnuda, casi siempre acompañada por sus doncellas. Es el Hada, obviamente. El Héroe la ve, se enamora en el acto, quiere casarse ya, ella dice que no es necesario casarse, que no es necesario ningún sacerdote, pero que el Héroe debe prometer y jurar que respetará un determinado tabú: como, por ejemplo, no ir nunca a su recámara el día sábado, o no mirarla nunca mientras se baña, o no mirarle nunca los pies desnudos, u otras tonteríasimilares.
¿Que hace el Héroe? Promete y jura como prometen y juran todos los hombres cuando están explotando de amor y deseos y la mujer, insinuante, les insiste que, antes, le jure algo. El pobre hombre, en ese estado de alta necesidad en que se encuentra y ya en absoluta incapacidad de entender, promete y jura cualquier cosa. Cualquier juez dictaminaría que una promesa hecha en estado de necesidad no es vinculante.
Con el tiempo, después de haber vivido felizmente por años, y lo mejor haber hasta formando una familia, un buen día el hombre rompe el tabú. A veces por motivos fútiles o sencillamente porque se olvida le lo prometido, habiéndolo siempre considerado de poca importancia y una tontería de mujer. Rompe el tabú y pierde todo. El Hada esposa amante lo abandona, él se desespera. Y el Hada a veces regresa y a veces no regresa
.
Existen también otras grandes variedades de casos.
Hay Hadas que exigen matrimonio previo a cualquier intimidad, como las hadas Melusinas. Hay hadas mas “liberadas“ como las Morganas. Hay otras que quieren tener hijos. Otras que van a Misa, pero que deben salir de la Iglesia al momento de la Consagración de la Ostia: y en estos últimos casos las hadas demuestran su indudable origen demoníaco (pero esto comienza a suceder alrededor del año 1.000).
¿Porque se acusó a la mujer de naturaleza demoníaca?
Porque con el tiempo a la Iglesia gustaban siempre menos esas historias de hadas que venían de un indefinido Más Allá fuera de su jurisdicción, que se bañaban desnudas en fuentes y bosquecillos de reminiscencias paganas, concupiendo  a Héroes cristianos. Además hay que recordar que en la Alta Edad Media la Iglesia era fuertemente misógina. La mujer, especialmente si bonita, era instrumento de perdición, era la serpiente, el demonio. No por nada las brujas eran mujeres. Y por lo tanto comenzó la “demonización “del Hada. Para alejar a la gleba de una divinidad, quizás buena, pero que no era  oficialmente prevista en el Santoral Oficial y que, de paso, era bellísima mujer (argumento que convence siempre fácilmente a nosotros los hombres pobres pecadores), la Iglesia decidió “demonizar“ al hada. La mujer, cuanto más bella tanto más era peligrosa.
El Hada viene declarada Ser Demoníaco. Así como declararon demonios los antiguos dioses paganos, sobretodo los del campo, que continuaban a sobrevivir, por siglos, con los camaradas nuevos, los santos cristianos. Y todo esto es cierto, por lo menos lo es según San Isidoro de Sevilla, que se declaró experto en materia.
Pero tampoco hay que asombrarse mucho por esa mezcla entre dioses paganos y santos de varias creencias durante la Edad Media. Hoy en día no tenemos ningún grupo étnico o nación, donde no se hayan mezclados y subsistan ritos “religioso” norteños, africanos, cristianos, indígenas, indianos, demoníacos o no. Especialmente en el Caribe y en toda América, Latina o Sajona que sea.
Cuando surgen nuevas religiones, al ignaro creyente llega en ayuda la sabiduría del ignorante y nace un sabroso  folklórico cocktail con todas ellas. Más digerible.
Bueno. Así que después del año mil, superado ya el miedo supersticioso del fin del mundo (“1.000 y no mas mil...” pregonaban los visionarios) el Hada ya no es el ser bueno bello, cariñoso, fascinante de antes, sino un ser demoníaco y del tipo ”succubus”, que corrompe al hombre para robarle el alma. Sí, porque, si no lo saben, los Demonios se dividen en dos categorías; los Íncubus,  in-cubus, los que en el acto sexual, siempre pecaminoso, tienen la posición de “arriba”, como los hombres; y los Súccubus, sub-cubus, los que tienen la posición de “abajo” como las mujeres. No conociéndose todavía el Kamasutra, los clérigos europeos ignoraban otras posiciones.

He aquí, ahora, otra versión de las Hadas.
La hadas son seres ultramundanos, inmortales pero sin alma. A veces se hacen sinceramente cristianas, viven y se portan como magnificas esposas y magnificas madres porque aspiran a que por fin puedan recibir la tanto deseada alma. Cuando por fin como premio de sus virtudes reciban el alma, perderán “su” inmortalidad pagana, con los años se harán viejas y feas y desdentadas como todos los comunes mortales, pero ganarán la inmortalidad cristiana y los gozos espirituales del Paraíso cristiano. Pero si el hombre-esposo-héroe romperá el tabú, la pobre hada deberá huir, para siempre y nunca más tendrá la oportunidad de tener un alma.
 Pero hay también otras versiones de las hadas.
Existen las hadas Melusinicas (del Hada Melusina ) y las Hadas Morganaticas  ( del Hada Morgana) que forman parte del mitológico y “maravilloso “ bretón, celta, irlandés y tantas otra versiones que seria demasiado largo enumerar. Para tener una idea de la variedad de versiones, valga la bretón e irlandesa, donde el Hada  Morgana es la hermana del Rey Arturo, el de la Mesa Redonda. Y se diferencia del Hada Melusina, que según ciertas versiones es pariente o hermana de la Morgana. La Melusina quiere vivir en nuestro mundo, con el hombre que ama, a él le brinda riqueza y felicidad, siempre bella, seductora y fiel, lava los pañales de los niños, obedece al marido.

La Morgana es muy diferente: agarra al hombre que le gusta, se lo lleva a su castillo misterioso, en el Más Allá, una especie de Avalòn o Palacio de Hielo donde el tiempo tiene otra dimensión. Si por algún motivo el marido-amante-héroe querrá regresar a su mundo y si el hada se lo permite, el pobre hombre se dará cuenta de que han pasado doscientos años y que todos sus amigos y parientes han muerto. Pero a menudo a la Morgana no le agrada la idea de perder a su héroe y entonces lo ciñe con la Cinta del Olvido, como en la leyenda de Ogier, el Dinamarqués y el hombre se quedará siempre con ella, medio zombi, medio atontado, medio drogado, pero todo con ella.
En fin, fábulas y cuentos en abundancia, sobre las Hadas. Y no se termina acqui.
Según otros reporteros de la época, algunas hadas son fundadoras de familias nobles., Como lo fue, por ejemplo según un ”reportaje” de  Giraldus Cambrensis (siglo XIII, circa) la bella, culta, frívola, sabia, inteligente  Leonora de Aquitana, la dama de la poesía romanza, de la segunda cruzada con el marido  un poco cornudo pero rey de Francia, llevando consigo poetas y trovadores; la que obtuvo anulación de matrimonio y se casó en segundas nupcias con el rey de Inglaterra y tuvo hijos también con él. Esta señora, esta gran dama, sumamente irrequieta, era Hada del tipo melusinico, según el Giraldus Cambrensis. Y como esposa del rey de Inglaterra, Enrique II Plantagenet, tuvo cinco hijos entre los cuales Ricardo Corazón de León y Juan sin Tierras (los de Robin Hood ). Pero cierto día el rey Enrique II rompió el tabú y ella tuvo que huir, volando, llevando consigo únicamente los niños Ricardo y Juan (el futuro Corazón de León y el futuro  Juan Sin Tierras). Pero debido a que tenia años sin practicar el vuelo, el niño Juan se le deslizó de las manos, se cayó y se quedó cojo por toda la vida.
Pero, a pesar del tabú violado por su marido, la bella Leonora regresó. No recuerdo como fueron las circunstancias del regreso. Pero  regresó porque  años más tarde ayudó a su valiente hijo Ricardo Corazón de León quien, en camino de regreso de la Tercera Cruzada, cargado de gloria y de deudas, había caído prisionero como un tonto por alguien de la Casa de Austria, sus enemigos, y por culpa de un pollo. El pollo era manjar preferidos de reyes, en aquel entonces y así, exigiendo comer un pollo entero para sí solo,  el gran Ricardo III revelo su identidad a los esbirros del enemigo que lo sabían transeúnte  y lo buscaban  por tierras de Austria. Entonces su mamá, que ya no era una lindísima mujer - quizás había conseguido por fin el alma ansiada - salió de Inglaterra para ir a liberar a su hijo. Pero no le bastó su sonrisa seductora de antaño porque de la antigua seducción quedaba solamente la fama y no se habían todavía inventado los implantes de dientes. Tuvo que pagar un enorme rescate con oro contante y sonante, con gran estrépito de judíos, obligados prestamistas,  y clérigos codiciosos que se vieron desposeídos del oro de “sus” iglesias.

Y, colorín colorado,
                   éstos cuentos de Hadas
                                   se han terminado...




                                                               ***

21 sept 2011

P E R S O N A J E S Sant` Ambrogio

SAN AMBROSIO   de Milan 



(  339-397 )

Aurelio Ambrosio había nacido en Tréveris, Alemania,  retoño  de dos importantes familias patricias romanas. De jovencito lo mandaron a estudiar desde la nativa Alemania a Roma, así como hoy en día las familias “bien” mandan a refinar  sus chicos a Londres, a Paris o a USA. Una vez graduado en Administración, el joven patricio fue nombrado  alto funcionario del Imperio Romano de Occidente: en Sirmio, en  Pannonia, o sea al este de Italia, entre Hungría y Serbia actuales.  A los pocos años lo transfirieron a Milán. Y en Milán, capital provisional del Imperio de Occidente en aquellos tiempos, este  romano se transformó en una de las personas más importantes de la Iglesia Cristiana de todos los tiempos.  Algo del ambiente de su primera adolescencia, en la  germánica Tréveris, debe de haber asimilado, ya que en los  años    futuros    su    manera    de  actuar   manifestará  ciertascaracterísticas típicas del germánico, pero   aunadas a las del     latino: las dos fuertes razas de cuya mezcla nacerá la dominante  Europa de los siglos venideros.


En Milán, como Gobernador Romano para la Galia Cisalpina--Italia septentrional actuó muy bien, con orden y justicia. A la muerte del Obispo  Ausencio , de rito arriano, el pueblo de Milán lo aclamó   como obispo de Milán, sin que fuera sacerdote, sin que fuera siquiera bautizado. Tenía  33 años.


Y aquí comenzó su fulgurante carrera que duró 25 años.


En solamente una semana fue bautizado y consagrado Obispo. No tenemos noticias de cómo en su fuero íntimo  fuera de verdad Ambrosio antes de ésta semana álgida: deberíamos  pensar que aun que no bautizado católico, tuviera por lo menos simpatías para la nueva religión emergente. Sea como fueran sus creencias  frente al cristianismo, desde entonces el patricio romano,  por convicción o por sentido del deber para con sus “electores”, se transformó en representante válido de la nueva religión,  asumiendo su papel a ultranza, defendiéndola e imponiéndola a como diera lugar. Sin duda fue hombre de grandísima personalidad; sobre él se han comentado un sin fin de  eventos, acciones, actitudes y hasta milagros; que hayan sido ciertos o  inventados o agigantados o adulterados, no se sabe.   Pero  no hay duda que fue un artífice del predominio de la Iglesia emergente  sobre el Estado Romano ya en decadencia. Con Constantino en el 313, se  había ya concedido libertad  de culto a todas las religiones: y con eso los Romanos demostraron una amplitud de visiones y mentalidad abierta  de la que todavía carecen  hoy en día muchas naciones supuestamente civilizadas.


Pero en pocas décadas  el Cristianismo dejo de ser una de las tantas  religiones aceptadas por los romanos y se transformó para los siglos siguientes en autocrática religión oriental. Desde el 380, el Cristianismo surgió como Religión Oficial del Estado Romano  con el Edicto del español Emperador Teodosio, muy influenciado por filo alemán Ambrosio; solamente un año después se prohibió el arrianismo. Y diez años más tarde, siempre por influencia de Ambrosio, los cultos paganos fueron definitivamente prohibidos.  ¡Prohibidos!  Kapùtt. Se terminó la “democracia” y la tolerancia “para el otro” y se comenzó a actuar con la intransigencia siempre fanática de la mayoría de las religiones, máxime  en sus comienzos.
Por influencia de Ambrosio, el Emperador Graciano tuvo que prohibir las ceremonias religiosas paganas en la propia Roma y  mandó a que retiraran del Senado Romano la Estatua de la Victoria, la que había colocado Augusto, el Grande Emperador; y la retiraron a pesar de las protestas de los Senadores Romanos,  paganos en su mayoría.


Estaba en buena fe, el obispo Ambrosio,  descendientes de patricios romanos? Por un lado tuvo actitudes muy loables de indiscutible  caridad  como fue lo de privarse de todos sus bienes en beneficio de los pobres; pobres, si, pero que fueran cristianos. Así como trató siempre de dar la mayor asistencia a los necesitados; necesitados, si, pero siempre que fueran cristianos.  Y  peleaba, lancia in resta, a defensa de lo que era su convicción o lo que consideraba  su deber.  Y en eso se revelaba  alemán: obedecer al Jefe, a la consigna. Pero el aspecto latino, en Ambrosio, también se descubría en actitudes maquiavélicas, de astucias, hasta de mentirillas y de invenciones de milagros con fines de conversión.   Una vez predicó que seria mejor que el Emperador Graciano  no se considerara tanto “un gran Emperador” porque las victorias de las tropas romanas se debían, al fin y al cabo, mas a la voluntad de Dio que al ejercito; y que  por lo tanto sea los soldados como  los emperadores debían de rezar a Dios  y seguir las enseñanzas de la Santa Iglesia: o sea, del mismo Ambrosio. Pero  en otra ocasión no dudó en declarar con mas pragmatismo y tono de regaño  que una cierta derrota del mismo Emperador Graciano se debía a sus fallas y la poca preparación de sus tropas y no debía achacarla hipócritamente a la voluntad de Dios.  En otra ocasión mas, anterior, demostró su arrogante voluntad a propósito de la destrucción de una Sinagoga en Asia por manos de cristianos enardecidos y de su obispo fanático: hay que hacer notar que en la época del evento era     vigente todavía el Edicto de Constantino sobre la plena libertad de culto para todas las religiones; por lo tanto las practicas judías eran plenamente legales. El incendio de la Sinagoga era un acto ilegal: el Emperador Teodosio   ordenó entonces con justo criterio legalista  que  el obispo local, a costa de la Iglesia cristiana,  reconstruyera el Templo destruido. Eso era lo que se debía de hacer  aplicando  las leyes en vigor. Pero, ¿que sucede? Que Ambrosio, furibundo, levantó el grito al cielo y gritó::
 …el lugar que hospeda la incredulidad judaica será reconstruido con el patrimonio que los cristianos tienen por protección de Cristo?... quemar las sinagogas no era ciertamente un crimen sino un acto glorioso…para que no haya ningún sitio donde Cristo sea negado…


En otra ocasión, mas tarde, trató, confabuló y consiguió que el Emperador no recibiera a Símmaco, Aurelio Símmaco, antiguo amigo y familiar del mismo   Ambrosio y que inclusive le había hecho favores. No recibir a Símmaco, del Senado Romano, fue una terrible ofensa.


Otra de sus acciones maquiavélicas fue cuando pidió al Emperador Graciano que convocara un Concilio en Aquilea (cerca de Venecia) para escuchar y condenar dos obispos “heréticos”. Graciano quería un Concilio relativamente numeroso, para tener más opiniones. Pero Ambrosio insistió y obtuvo que los invitados fueran pocos obispos y los de segura fe  católica romana o sea de la fe de Ambrosio. Y tuvo el descaro de insinuar al Emperador que para constatar la verdad no eran necesarios tantos obispos y que no valía la pena incomodar a demasiados viejos sacerdotes con un viaje tan largo, costoso y ímprobo  desde Oriente.


Con el tiempo comenzaron a difundirse leyendas, cuentos, relatos, que florecieron  inclusive siglos después de su muerte.


Se decía, por ejemplo, que siendo niño, todavía en la cuna, un enjambre de abejas se acercó a su boca,   y depositaron su miel en los labios del bebé: clara simbología, para las interpretadores de eventos mágicos, de que el niño seria un formidable orador, o embaucador, según el caso; y que las palabras saldrían como miel  de su boca. Y casi mil años después, en una célebre batalla en Parabiago, el Santo, apareció de repente a caballo  vestido de guerrero espada en la mano, permitiendo la victoria al noble  Luchino Visconti y su sobrino Azzone. Los piadosos milaneses, agradecidos, edificaron  una iglesia en memoria del milagro y más tarde, en  una puerta de bronce del  famosísimo  Domo de Milán hasta pusieron un altorrelieve recordatorio del evento. 


En los  oficios religiosos  inventó  el Rito Ambrosiano  introduciendo también  como gran novedad unos cantos litúrgicos  estilo oriental que ya no son tan novedad pero han resistido hasta nuestros días.


Acérrimo enemigo de la “herejía “ariana, en auge en la Corte Imperial de Milán recurrió sin subterfugios a golpes de manos para despojar  a esa secta de sus  iglesias de Milán, para concederlas  al rito  católico tradicional.  


Siempre de esos años fue el cambio del día festivo: antes se llamaba Dies Soli, el Día del Sol, y en la Pagana Roma, Caput Mundi  se entonaba el Himno al Sol, que todavía emociona las fibras de ciertos   italianos de hoy en día.  Y se llamó  Día Domingo, Día del Dominus, del Padrón, de Dios, en fin; y Ambrosio ordenó que en ese día todos fueran a Misa. 


También se cuenta que paseando por Milán, encontró a un herrero que no lograba doblar   un hierro para la mordaza de un caballo: Ambrosio, tuvo un raptus, y reconoció  en el clavo uno de los Santos Clavos de la Cruz de Cristo. Como hizo para reconocerlo, no se sabe, pero todavía hoy en día este clavo está colgando, bien en  alto, encima del altar mayor del Domo de Milán.


En otra oportunidad, durante un viaje de Propaganda Fide,  quiso el destino, o quizás San Valentino, que un magnifico ejemplar de Valkiria, Reina de los Marcomanos, una tribu Germánica, conociera a Ambrosio. Y quedó tan prendada de la elocuencia del vigoroso vástago romano que se sometió a él. En que sentido se sometió? Esos detalles no interesan. Lo que se sabe es que ella y su pueblo se convirtieron ipso facto, al Cristianismo.


Y a propósito de algunos cambios en la liturgia católica  hay que recordar que la “confesión de los Pecados” en los primeros siglos era un evento social  y se hacia  en común, frente a toda la comunidad cristiana presente. Pero un buen día a una mujer se le ocurrió confesar su pecado de adulterio cometido la noche  anterior justamente con el sacerdote confesor.  No sabemos la reacción del marido cornudo ni la del sacerdote galante: sabemos que desde entonces se  prohibió la confesión pública. 


nota: La viñeta de San Ambrosio es una libre interpretación mía a partir de una Icona Rusa
 de la Alta Edad Media

10 sept 2011

Encuentros en Montevideo - 3/3 l Amigo del Raton Perez

Encuentros en Montevideo.
…a los 83 años puede suceder de todo…

Escribir sobre aventuras eróticas-amorosas-sexuales de edades juveniles o relativamente juveniles es algo normal y lo he hecho en más de una oportunidad. Lo divertido es cuando la supuesta “aventura se da en edad ya avanzada.
Los 83 años, y sus eras próximas, son un magnifico momento en la vida, máxime en la mía, por supuesto, donde confluyen experiencias decenales, las más variadas y puede suceder de todo. Si se tiene un mínimo de capacidad de observación, y el “don de la abuela “, el lector puede pasar un rato ameno.
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3º episodio:  3/3
PLAUTO. El amigo del Ratón Pérez.

El nombre es ficticio, pero se acerca y da la idea.

Había salido de la Imprenta después de haber  retirado mis tarjetas de visitas con la dirección de mi nueva residencia en Montevideo. Les había  mandado agregar también la pagina web con la propaganda-recuerdo de mis esculturas, la dirección del blog,   los teléfonos  y demás datos a los cuales recurren las personas que nadie sabe quiénes son; y me estaba dirigiendo a pie a la parada del ómnibus. Estoy a pie porque  mi hija y mi esposa han decidido que ya no puedo manejar mi automóvil, a pesar de la licencia de conducir.  Muy probablemente tengan razón. Así que ahora corro solamente el riesgo de ser atropellado pero no también el de atropellar: hay  cierta lógica en eso. Estadísticamente hablando, existe una disminución del riesgo al 50%.  Son útiles, las estadísticas, ¿verdad? Bien, pensaba en eso, porque justamente  una hora antes,  al acercarme a pie a la imprenta, por poco me atropella un coche, estando yo en la zona de cruce delimitada para  los   peatones. El peatón que cruza es la nueva plebe ciudadana para el  automovilista, nuevo caballero al cual hay que abrir el paso rápidamente. “Leyes las hay. Pero¿ quién pon mano a ellas?”: me vienen a la mente Cervantes y Manzoni.  Y en eso pensaba, distraído como siempre, al llegar al mismo pase peatonal de una hora antes. A mi lado camina un señor, una persona cualquiera, otro peatón que nunca he visto antes en mi vida. Según mi costumbre de conversar  con todos,  sin ningún preámbulo le pregunto si él piensa que en ese cruce marcado como paso peatonal, yo, o él, u otro  peatón cualquiera, tengamos derecho de precedencia sobre un eventual coche que quiera pasar por allí mismo. El señor me mira: “Bueno, si...no… bueno, en realidad si, el peatón tiene precedencia. Pero Ud. sabe, es mejor dejarle paso al coche.”
 Le pregunto: “Señor, si pasa un coche aquí y me embiste dentro de la zona demarcada y me mata… legalmente, ¿tiene razón él o yo?
“No, el coche no tiene razón. Pero Ud. está muerto!”
Contundente respuesta. Y así, conversando sobre el argumento,  le cuento del episodio de hace una hora cuando un coche estuvo al punto de atropellarme y se paró a pocos centímetros de mi pierna.  Y camina  y conversando, el señor me acompaña hasta la parada de mi  democrático ómnibus. Al saludarnos, me da su nombre. Se llamaba Plauto.
 Ah, Plauto, digo yo. “El nombre del  célebre comediógrafo”
“Si.” me dice. Pero es un “si” tan convencional, que pienso  que posiblemente el único Plauto que conoce es el nombre del perro de Micky Mouse. Se lo digo.
Como el amigo del Ratón Pérez?”
“No, ese se llama Pluto” me corrige.
Me doy cuenta,  recuerdo, es verdad, acepto la corrección. Claro Pluto, Horacio, Clarabella, Minnie, los amigos de Micky Mouse.  Debe ser un hombre de cultura. Le doy mi tarjeta de visita, las gracias por la conversación y subo al ómnibus.Democràticamente.
Al día siguiente, el también como la muchacha  veterinaria,  me llama por teléfono, asombrado por haber encontrado tantas referencias a mi nombre en Google. Bueno, vanidad es vanidad y afecta más cuando uno es viejo. De joven los meritos  se consideran un natural atributo.  Así que yo, conmovido por eso y por la ya endémica necesidad de compañía, le digo que si quiere visitarme a mi apartamento podemos conversar de algo, de lo que quiera, y tomarnos una copa de vino. El tipo acepta, aparentemente con entusiasmo.
 Y  pasa el día. En la noche, casi a las diez de la noche, repica el teléfono:
Soy Plauto”, me dice.
Le digo: “Si Ud. ahora está  sin compromiso y, si quiere, acérquese a mi casa, vengase ya, yo  estoy levantado normalmente hasta las dos o tres de la mañana. Escribo y prefiero trabajar de noche”,
 Total, el tipo viene a mi casa. Le abro. Conversamos, le ofrezco vino, no toma, lo tomo yo solo.  Hablamos un poco de todo,
 Pero su conversación es mas o menos limitada. Pero no importa tanto, para mi: es conversar. Al fin, mejor un monologo con alguien que te escucha aun que no te entienda, a  un monologo a solas, sin nadie que te escuche, aun que te entienda.  Así estaré yo hambriento de conversaciones y compañía.
Bueno al final, como después de una hora, el tipo me dice que se va.  En la puerta de mi apartamento, de repente, siguiendo no se  qué impulso, le pregunto así,  directo:
“¿Ud. es gay?”
Bien directo y sin preámbulos.
 El tipo me mira.  Se pone colorado. Me dice:
“Señor Aldo,  desde que lo vi a Ud. cerca de aquella imprenta, sentí una atracción muy fuerte hacia Ud...”
 Carajo.
 Si, le había hecho yo la pregunta. No sé porque le pregunté eso. Quizás noté algo,  con mi sexto o séptimo sentido. La pregunta me salió sola, instintiva.  Pero con la respuesta  me quedé algo asombrado.
Mira” le dije  Plauto, Ud. es una persona que me cayó muy ben. Conversamos bien,  fue un rato agradable.  Pero considere,  Ud. está viendo  todos  esos  dibujos  al carboncillo mios. Están en todas  partes aquí,  en este apartamento. La casi totalidad son mujeres. Esto es parte de mi   trabajo. Ud. sabe que soy artista o  lo que sea.  Pero, al tratarse de culos, yo prefiero los de esas chicas, lindísimas, que de una manera  u otra han posado para mí.   Y las prefiero a ellas, es mi debilidad. Lo siento.
 Y le dije eso seriamente, sin sobresaltos, sin reproches,  como la constatación de un hecho. El pobre Plauto  seguía mas  colorado, Me miró: “¿Se nota?”
“No” le dije “no se nota, no se preocupes;  es que quizás  como artista yo tenga cierto feeling” le dije para tranquilizarlo.
 Él se puso el pulgar y en índice  en la boca en el gesto típico uruguayo de coserse los labios en el silencio.  Le prometí que sí,  que no se preocupara.

 “Así que ¿ves, amigo Plauto? Hasta te cambié de nombre. Nadie  te puede reconocer. Y te agradezco por la compañía de la otra noche. Que te vaya bien y buena suerte.”