JAN HUS
1373-1415
Jan
Hus, filósofo, reformador, teólogo, era un bohemio en el sentido etimológico de
la palabra. Había nacido en
Bohemia, hijo de un campesino pobre,
huérfano de padre muy temprano, criado con muchos esfuerzos por su mamá. Se
cuenta que leyendo de la vida de San Lorenzo, fue tan impresionado por el
martirio sufrido por el santo, que quiso acercar su mano al fuego, a ver cuánto
podía soportar el martirio de las llamas.
Pero
era un joven con inteligencia no muy común. Una vez entrado en la “carrera” eclesiástica, llegó a ser Rector de la Universidad de
Praga. Cargo de enorme importancia, máxime para un huérfano de de campesinos. Y el ex hijo de campesino pobre desde su cargo reprochaba al alto clero
su opulencia y auspiciaba un retorno al cristianismo primitivo, de pureza y de
pobreza. Era aquella época, la que se llamó
del Cisma de Occidente, cuando los papas transfirieron su sede de Roma
a Aviñón, en Francia y hubo hasta tres
Papas, contemporáneamente, compitiéndose vergonzosamente el Solio de San Pedro. Uno de los tres Papas, Alejandro V, quien
reinó solamente dos años, decidió marcar su pontificado condenando a la hoguera
el pobre bohemio.
Huss auspiciaba mas o menos lo mismo que el ingles Wilckliff, y ambos fueron indudablemente antecesores de Lutero y el Protestantismo.
Huss auspiciaba mas o menos lo mismo que el ingles Wilckliff, y ambos fueron indudablemente antecesores de Lutero y el Protestantismo.
Dicen que ya cerca a la hoguera Hus le comentó al incinerador:”Ahora
vas a asar a un ganso (Huss, en bohemio, significa ganso) pero dentro de
un siglo encontrarás a un Cisne que no podrás asar.” Exactamente al siglo,
Martín Lutero, apodado el Cisne, clavó
sus 95 tesis que transformaron la
religión cristiana.
Y
nadie lo pudo quemar.
En muestra de sincero arrepentimiento o por calculo de conveniencia tratando de eliminar roces con fines de sobrevivencia, hace poco, papa Juan Pablo II, el Polaco, pidió disculpas por muchos excesos cometidos por la Iglesia Católica, incluyendo la hoguera para Huss.
Pero seamos francos. No es que La Santísima Inquisición de la iglesia de Roma haya sido el único punto negro en nuestros últimos 6.000 años de historia.
Los excesos se han cometido y se cometen desde siglos en en todas partes, en todas las religiones, en todos los reinos, en todos los continentes, en todas las "civilizaciones".
Porque todavía somos salvajes.
En muestra de sincero arrepentimiento o por calculo de conveniencia tratando de eliminar roces con fines de sobrevivencia, hace poco, papa Juan Pablo II, el Polaco, pidió disculpas por muchos excesos cometidos por la Iglesia Católica, incluyendo la hoguera para Huss.
Pero seamos francos. No es que La Santísima Inquisición de la iglesia de Roma haya sido el único punto negro en nuestros últimos 6.000 años de historia.
Los excesos se han cometido y se cometen desde siglos en en todas partes, en todas las religiones, en todos los reinos, en todos los continentes, en todas las "civilizaciones".
Porque todavía somos salvajes.