EL FIN DE UNA
CIVILIZACIÓN
Se han producido y
se están produciendo eventos que superan lo contingente: La muerte del “Caudillo” Hugo Chávez,
Presidente de Venezuela; las varias consideraciones en ocasión del
Conclave que recientísimamente ha comenzado en Roma para la sucesión al Papa
alemán;
y la aparición en las escenas
mundiales desde ya un tiempito, pero solamente anteayer, de personajes ni mínimamente inimaginables
hace pocos decenios.
Era evidente para
cualquiera que no tuviera los ojos nublados por las pasiones políticas, que el
Presidente Chávez gozaba de una gran mayoría de aprobación en su tierra. Y
prácticamente desde el inicio. Haya o no
haya habido los casi inevitables truquitos denominador muy común en la
farándula de las elecciones, la gran
mayoría de lo que se llama el Pueblo
estaba con él. Lo que no era fácilmente imaginable era que la admiración de sus partidarios llegara a
los límites de la adoración. He visto y sabido de muchísimas, innumerables
escenas de dolor verdadero, profundo, convencido, y no producido solamente por
brotes pasajeros de fanatismo histérico.
Así que me vino a la mente lo que ya comenté cuando por primera vez vi, hace muchos años, la cara
de ese joven militar que en una aparición fugaz en la televisión de Venezuela,
instó a sus partidarios “revolucionarios”, a desistir, “por ahora”. A pesar de
cierta intranquilidad que por mi origen, cultura, tradiciones y prejuicios, salía instintiva del más profundo
de mí ser, no pude no pensar muy natural
y históricamente correcto que él que se presentaba como cabeza visible de un movimiento de cambio en Venezuela y por ende en toda
América Latina, fuera justamente el tipo de persona que yo veía claramente
representadas en las facciones del joven militar: Cabellos rizados de origen africana, ojos de indudables
facciones asiático-indígena y un color
de piel aclarado con algo de sangre europea caucásica. Y que no es el típico criollo, (hijo de
europeo nacido en tierras de indias) sino el crisol de las tres razas con las cuales está formada
toda América Latina. Y pensé y pienso que era tiempo que los millones de latinos
dejaran de ser mandados y dirigidos por europeos o sus descendientes. Inclusive era un contrasentido e inconcebible que en Venezuela los mismos
pobres y miserables habitantes de los ranchitos
se dividieran entre ellos también en partidarios de los tres partidos
tradicionales, adecos, copeyanos y amarillos, siguiendo servilmente los juegos de una
clase social que no era la de ellos.
Ni más ni menos como la plebe de otra
época que seguía un Príncipe u otro sin entender nada de nada, sino tristemente
preocupada solamente por llenar su panzas siempre famélica.
Pero, por fin el
verdadero americano comienza a despertarse a la escena mundial, sea o no de agrado del europeo. Eso pensé.
El otro evento
importante es la elección del Papa.
No es solamente un problema interno de un
grupo de religiosos. La religión
Cristiana, aun que dividida en sus “sectas”, forma parte de nuestra civilización
occidental. Tiene más dos mil años de vida. Los mismos dos mil años en que los
pueblos del Mediterráneo, mezclados con los nórdicos de Europa, han dominado al
mundo. Y de paso impuesta la religión. Es nuestra Civilización Occidental.
Pero al ver a los
cardenales en el conclave, me pregunto: hasta cuando pueblos de Asia, de África,
de Australia, de América, seguirán usando la sotana? La sotana, lo que llamamos
la sotana, que no es otra cosa que la antigua Toga Romana? Y toda la
parafernalia, el Trirreño incluido, que son
tradiciones orientales, de
Bizancio, de Constantinopla, o sea de la
Roma Oriental. Vino el 1.500. Perdimos
Agia Sofia, pero conquistamos América. Pero ahora ya no más.
Pero esos de la
sotana y el trirreño son solamente los menos importante signos exteriores.
Quizás serà la misma Curia Romana que se impondrá cambios importantes para tratar de sobrevivir de
alguna manera. Quizás será la fuerza
nueva de expansión de los emergentes la que imponga los cambios.
Y así como al ver
la cara del joven Comandante Golpista en
aquella oportunidad, sentí angustia dentro de mí, pero consideré la ineluctabilidad de los eventos,
así mismo, ahora, al ver entre los “Papables” un cardenal como el Filipino,
hijo de madre china o el de Ganas, sean o no sean ellos los escogidos, “por ahora”, por el Espíritu Santo, no puedo no sentir que nuestra civilización,
la europea, ya está en el ocaso. Kofi
Annan y Obama son preludio de eso.
Ahora les tocará a
los demás, llevar la antorcha de Olympia.
Nosotros nos
retiraremos cada uno en su Montevideo. Al resguardo. Ya no sabemos defendernos.
Quizás no tengamos ya nada más que decir. Esperamos pasar desapercibidos.
2 comentarios:
Es un aviso verdadero,real, espeluznante. Europa fracasada, arruinada. El "estado del bienestar" que creímos que era "gratis", nos condujo a esta extrema dependencia. Si los africanos supieran lo indispensables que son para nuestra economía, seguramente nos pedirían viajar en cruceros de placer con seguro de viaje incluido. Vamos a ver cómo van a suspender la Copa de Africa en vista de la masiva presencia de jugadores africanos en La Liga Europea y jugar un solo campeonato: AfriEuropa Fútbol Club.
Adios raices o más bien, Hola, estamos de regreso.
Angel
Si, Ángel. Tienes razón. Nos quitamos la melanina, dimos civilización al planeta, y ahora se concluyó nuestro ciclo. Fuimos los pioneros pero ya no mas. Me viene a la mente Eráclito. También él tenia razón.
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