25 feb 2013

L- Personajesl- 15/54 DARIO.FILIPIDES.LEONIDAS,TEMISTOCLES,PUSANIAS Y LA NINFA MILETO.JES .,


 DARÍO Iº, FILÍPIDES, LEONIDAS, TEMISTOCLES,  PAUSANIAS Y LA NINFA MILETO.
                         ( 500 a.c.)

                                     Darío I, ¿quien era este señor?   El también de la misma familia de Ciro II, se había casado con la hija de él,  Atosa.  Y con Atosa tendrá a un hijo, el también famoso Jerjes I.  También Darío  recibió el titulo de Grande y fue titulo merecido.  Claro que como en muchos casos en la historia,  lo Grande para unos es Enemigo para otros: así que para los griegos, los griegos del Siglo de Oro, los  Griegos formadores de nuestra cultura y civilización, Darío era el enemigo, el malo, el Bárbaro, como Conan. 
 Todo comenzó cuando en el 499 a.C. una colonia griega, Mileto, patria de la bellísima Ninfa Mileto, en la hodierna Turquía, se rebeló contra los persas y con la ayuda de la ciudad de Atenas, destrozó la cercana satrapía persa de Sardes.  Imaginarse Darío, yerno de Ciro II, otro Grande, el rey de Reyes, amo de medio mundo y todo lo demás: ¡ una afrenta a él !  ¡ al Amo y señor del Imperio mas grande del mundo, una afrenta de parte de unos miserables comerciantes y vendedores ambulantes de una colonia griega! Juró vengarse y como no era fuerte de memoria, para no olvidarse encargó a un esclavo que le recordara, tres veces al día, que debía vengarse de los Atenienses. Una especie de CARTAGO DELENDA EST, ante litteram. Y así fue que  en el 499, mandó a un ejército de 50.000 hombres para castigar a Atenas. Pero los griegos eran los griegos, en aquel entonces, arios  descendientes de los Rubios Aqueos, y no solamente hablaban de filosofía y de arte;   a pesar del orgullo gay  eran hombres de armas tomar. Dirigidos por el famoso Milcíades, en 490 a.C. vencieron a los persas en la famosísima batalla de Maratón,  cerca de Atenas, con todo  lo que siguió: la extenuante mortal carrera de 40 kilómetros de Filípides para avisar a Atenas de la victoria. Y eso fue el primer Maratón de la historia. El gran ejército persa se retiró a Asia, derrotado.
 Se retiró el ejército de Darío, pero no había menguado el deseo de revancha por parte de los persas. Y Jerjes, hijo de Darío, desenfundó otra ves el hacha de guerra en 484, con un ejercito inmenso para la época: la belleza de 3.000.000 de hombres, según Heródoto ; quizás  600.000 según deducciones modernas , y 600 navíos. Y con este ejercito, Jerjes,  al mando de las tropas, cruzó el Estrecho de los Dardanelos por primera vez   con un doble puente de barcos que mandó a construir,  gran hazaña de ingeniería para la época.
 Y al llegar este ejercito inmenso al desfiladero de las Termópilas en 480 a.C. otro evento mítico se verificó:  el sacrificio heroico del rey de Esparta, Leonidas y sus trescientos espartanos  que con los otros 700 hombres de Tespi y Tebas pusieron una resistencia desesperada hasta el sacrificio supremo de todos, completamente todos,  para dar tiempo a la flota griega de replegar ordenadamente conservando sus barcos y soldados.  Cuando Jerjes  llegó a Atenas y la encendió, surgió otra figura mítica, el gran Temistocles quien pudo presentar batalla a la marina asiática, siempre en  480. a.C., trayéndola astutamente a un paso angosto en Salamina , cerca de Atenas, donde la destrozó antes los ojos atónitos del gran Rey Jerjes.  Y al poco tiempo en la batalla terrestre en Platea 479. a.C. el ejercito griego, mandado por el Espartano Pausania, después de matado el general en jefe Persa, destruyó gran parte del  ejercito ya desbandado. El  lugarteniente Persa, con el rabo entre las piernas, llevó de regreso a Asia lo que quedó del otrora orgulloso ejercito de Jerjes, de Ciro y de Darío. Como anécdota fuera de lugar, recordaremos que en el siglo XIX, a la primera representación teatral de la obra LOS PERSIANOS, llegó el momento en que Pausania se dirige a los habitantes de Salamina:   Oh, Salamini !!.. “ gritó el tenor con su bellísima y fuerte voz; pero el publico era de italianos,,,, y al oír: Oh Salamini, todos se rieron y el autor se fue enfurecido del teatro de La Scala!
Pero, aparte esto,  es bello recordar que en esa zona del Este Europeo  fue la primera vez en la historia que Europa pudo defenderse de la invasiones de los “bárbaros” quienes en ese tiempo eran las huestes asiáticas de persianos y sus aliados de todo medio oriente. En esta misma zona, mas de diez siglos después, la  misma civilización  occidental, el Imperio Romano de Oriente,  se salvó de las invasiones de otros enemigos asiáticos y africanos, de religión musulmanas, que fueron vencidos en la batalla de Acroinós, por el emperador León el Isáurico, con o sin el fuego griego y con o sin la intervención de la Virgen Maria. Y casi contemporánea fue la defensa cristiano europea  en contra los mismos enemigos de la época, en Poitiers,  con la consiguiente epopeya poética de los Caballeros de Carlos Martillo y Carlo Magno.
Pero es también cierto que ésta era y es  la visión Europea, griega y Romana  de los eventos  relativos a Ciro II, Darío y Jerjes. Porque la verdad es también que  esos reyes, máxime Ciro II y Darío I, vistos desde el ángulo visual de los pueblos asiáticos que formaban el Imperio Persa, no eran absolutamente los  bárbaros como los consideraban los griegos, sino fueron magníficos administradores, muy buenos gobernantes y  organizadores del Imperio.
Desde el punto de vista de la religión, había absoluta libertad para los  pueblos sometidos, no había ni racismos ni persecuciones religiosas y, gran novedad para la época, Ciro II y Darío I, empezaron  por primera vez en la historia a pagar a los obreros que trabajaban en construcciones para ellos: así que los operarios eran remunerados! No sabemos si se habían formado también sindicatos aun que la celeridad de las construcciones hace suponer que no existían todavía.
Darío era también hombre de visiones y inició la construcción de la bellísima ciudad de Persépoli.   También proyectó la construcción de un canal en Suez que uniera el río Nilo con el Mar Rojo, para evitar la circunnavegación de África: El Canal de Suez estuvo ya programado y estudiado  dos mil quinientos años antes de que lo hiciéramos nosotros, los Europeos civilizados,  por Darío I,  el “ Bárbaro Asiático “. 

Y la bella ninfa Mileto? Quizás  responsable de esas guerras siguió escondiéndose y mostrándose, coqueta, entre los bosquecillos de Mileto.
Bueno, vino el  meteoro  de Alejandro de Macedonia, no el Grande, sino el Grandísimo, quizás el más grande conquistador de todos los tiempos. Vino, conquistó, satisfizo su ego, amó el arte, las batallas, los hombres, las mujeres, esparció la cultura y civilización griega, se murió, le sucedieron sus amigos amantes descendientes en  el importantísimo periodo del helenismo, quienes trataron de imponer otros dioses: quizás   los circuncisos, hombres al fin, hubieran podido aceptar  a la rubia Afroditas, que sus gracias las tenia;   pero al llegar al Padre Zeus, con todos esos  rayos y saetas, la cosa fue menos digerible. Así  que  fue el turno de los hermanitos  Macabeo para  levantar a la población contra los filo griegos-seleucidas. La fiesta judía de Janucá conmemora este hecho y se  prenden las velas de la Janucá,  un candelabro de 9 brazos; una vela  la primera noche, dos la segunda y así sucesivamente, hasta prender las ocho velas la última noche, además de la luz superior, denominada “shamash”, que es la que sirve para encender todas las demás. Y a la luz de la Menorah de nueve brazos el Estado Judío adquiere plena autonomía.  Primero gobernarán  los Fariseos y  después  los Saduceos. Pero luchas dinásticas y tensiones internas terminarán provocando la intervención de Roma, ama y señora del mundo antiguo. El año 63 a.C. las Águilas Romanas llegaron a Palestina,  Pompeyo conquistará Jerusalén y con el tiempo todo se fundará en la Provincia Romana de Siria. Y con los Romanos, llegó Herodes. Otro Herodes, el Grande; él también el Grande.




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