También este personaje está fuera del contexto previsto. Después de éste regresaré a las amantes y mujeres de hombre especiales. Seguirè con Stalin y despues con Churchill. Pero dejeme ahora poner este "curita", que es un individuo interesantísimo y, leyendo a propósito de él, algunos se divertirán otros se escandalizarán. Tengan el valor de pasar las primerísimas páginas.
SAN TOMAS DE AQUINO
1225-1274
…y
consideraciones varias sobre las mujeres.
Santo Tomas de Aquino,
nacido en 1225, era un noble, descendiente de
los rubios germánicos (godos,
longobardos o francos), clase dominante
ya mezclada desde cuatro o cinco
siglos con los autóctonos
itálicos-romanos. Su padre
Landulfo era el Conde de Aquino y su madre Teodora la Condesa de Teano, Italia.
La familia estaba emparentada con la alta nobleza de la época: con el Emperador
Enrique VI y también con Federico II, el
Gran Federico, Stupor Mundi; y además
con los Reyes de Castillas, de Aragón y los de Francia. Al cumplir los cinco años, en el 1.232, lo
mandaron a la escuela que en su caso fue
la
prestigiosa Abadía de Montecassino. Pero el Abad de
Montecassino a los pocos meses escribió al
Conde Landulfo que un joven del talento de su hijo no debía quedarse a
la sombra de una simple Abadía y sugirió su traslado nada menos que a
la Universidad de Nápoles. Allá empezó el estudio del Trivium y del Quadrivium,
que era el pensum de la época. Se dijo que el
alumno en breve tiempo de estudios tenía más profundidad y lucidez de sus
maestros; estaba ayudado, además, por
una memoria excepcional: no olvidaba
nada. En el 1240, o sea a la venerable
edad de 13 años, este prometedor jovencito quiso abrazar la vida religiosa y
recibió el hábito de la Orden de Santo Domingo. La ciudad estaba asombrada de
ver a un joven de alta nobleza vestido como un pobre fraile. Su mama, la
Condesa, también se preocupó por eso y organizó, con sus otros hijos, militares
con el Emperador Federico II, el rapto del
hijo aspirante religioso recluyéndolo en la fortaleza de Rocca
Secca. Allí se quedó casi encerrado por dos años durante los cuales los familiares todos
trataron de desviarlo de su inclinación religiosa. Dice la leyenda que le mandaron de visita a su habitación una joven bellísima
para tratar de tentarlo con el sexo,
argumento muy fuerte máxime en la juventud. La leyenda sigue diciendo que el joven agarró un tizón ardiendo de la
chimenea y con ese tizón encendido en la mano, echó de la habitación la pobre
tentadora asustada; y después nuestro Tomasito cayó de rodillas llorando y rezando a Dios, para que lo preservara de las
tentaciones vergonzosas de la
carne. Y sigue la
leyenda que en la noche al joven
incorruptible le aparecieron dos ángeles que
le ciñeron el cinturón de la
“virginidad perpetua” con lo cual en
adelante no sentiría el más leve deseo
de concupiscencia. Y aparentemente así fue.
Pero, ¿nunca hizo el amor porque no quería hacerlo o porque no podía
hacerlo? O porque no tenía ganas de hacerlo? No se entendió bien lo que
fue ese cinturón de castidad perpetua. Durante esos dos años de cautiverio en
la familia, Tomás aprovechó el tiempo para leer las Escrituras y
Aristóteles. Por fin la mamá, la
Condesa Teodora se resignó a perderlo y de alguna
manera, en forma rocambolesca, fue bajado en un cesto de los muros de la
prisión familiar a los brazos de los buenos frailes Dominicos
que lo esperaban. Casi de inmediato hizo
sus votos; el Papa mismo, el genovés Inocencio IV, quiso conocerlo
personalmente y en 1244, el Maestro General de la Orden de los Teutones, quien
muy originalmente se apodaba Juan Teutón, lo llevó primero a Paris; para
estudiar, sea claro, no al Moulin Rouge. Y
después a Colonia como discípulo del grande Alberto Magno: otro Dominico
alemán. Tenía escasos 18 añitos,
nuestro ítalo alemán Tomás, pero ya era de cuerpo fuerte, alto y de carácter
taciturno. Por algún motivo los colegas
se burlaban de él, llamándolo el Buey mudo.
Si lo de Buey era una alusión a la eventual ausencia de deseos sexuales,
según lo asegurado por los ángeles, eso no se sabe. Pero al poco rato, al
escuchar una brillante y difícil tesis de su alumno, el gran Alberto exclamó: “Llamadle buey mudo, pero sus
mugidos doctrinales llegarán un día
hasta los confines del mundo”: y profetizó bien, el Magno Alberto.
Comenzaron los sermones de Tomás en Alemania, Francia e Italia. En el 1251, a los 24 años, fue
nombrado para un cargo de profesor en el studium
dominicano de Paris, y allí comenzó su vida pública; la cual se redujo, en suma, a predicar, enseñar,
escribir, viajar. La Universidad de
Paris le reclamaba, los Papas también, los Estudios de su Orden esperaban
recibir beneficios de sus enseñanzas. Así que lo vemos en Anagni, Roma, Orvieto,
Viterbo, Perugia, en Paris y en Nápoles; y el viajar tanto no era de todos en
aquella época. En el año 1265, teniendo ya 38 años, el Papa le ofreció el
Arzobispado de Nápoles. Nuestro Tomas no lo aceptó y de hacerlo quizás no
hubiera podido nunca escribir la “Summa Teologica”, su obra maestra.
Ha habido
biografías de Tomas de Aquino donde
se hace referencia a éxtasis, momentos de abstracción, de variables y
difícil definición hasta hoy en día, que
se le hicieron más frecuentes con el pasar de los años. Inclusive nos refieren que, en 1273, en Nápoles, tres
hermanos Dominicos le vieron levitar en éxtasis y oyeron una voz que venía del
crucifijo del altar que decía: "Has
escrito bien de mí, Tomás, que recompensa deseas?". Tomás respondió, "Nada más que a ti, Señor".
Obviamente todo en
este mundo puede haber sucedido y puede suceder, máxime en Nápoles donde los napolitanos
están acostumbrados a la milagrosa licuefacción anual de la sangre de
Santo Genaro.
El 6 de diciembre de 1273, a los 46 años dejó de escribir. Dice la tradición que ese día, durante la
misa, tuvo otro episodio de éxtasis,
mucho más intenso de los
acostumbrados. Posteriormente
comentó que no podía seguir escribiendo
mas porque le habían sido revelados en
ese episodio de éxtasis unos secretos de tanta trascendencia que lo escrito por
él hasta el momento le parecía de poca monta.
Pero nunca reveló los secretos revelados.
Murió en Italia. Los monjes de Fossa Nova querían
quedarse con su cuerpo. Pero el Papa Urbano VI, francés, quiso que el cuerpo
fuera entregado a los Dominicos en la iglesia de Toulouse, en Francia. Fue
erigida una magnifica capilla, pero el buen Urbano VI no pudo prever
ciertos desmanes de la Revolución Francesa,
durante los cuales la magnifica capilla fue completamente destruida en nombre
de la Fraternité, Liberté y Égalité. Y ¿la salma? Fue trasladada a la
iglesia de San Sernin donde “reposa” hasta hoy en día. Pero no reposa completa,
ya que según la costumbre semicanibalesca de la piedad cristiana, un hueso del
brazo izquierdo se conserva en la Catedral de Nápoles; y el brazo derecho,
donado por no se sabe quien a la Universidad de Paris, se encuentra actualmente
en la iglesia dominicana de Santa Maria sopra Minerva, en Roma, donde llegó
mientras Europa vibraba al son de la Marseillaise.
Fue una mente abierta,
muy veloz, privilegiada buscando
opiniones de personajes diversos,
algunos cristianos y otros no cristianos. Estudió a Platón, a Aristóteles, quiso aprender
también de Averroé y Avicena:
los dos sabios musulmanes de
España y de Persia respectivamente, que
también tuvieron influencia sobre él.
Tomas de Aquino fue,
en resumen, un gran pensador y filosofo. Ha tenido una influencia inmensa en los
siglos siguientes a él, máxime en la Iglesia Cristiana
y Católica en especial. Se le llamó el Pastor
Angelicus y su filosofía fue denominada el Tomismo. No es esta la sede para
ahondar en el estudio de sus escritos, admitido que yo sepa hacerlo. Son argumentos
que ya no interesan la mayoría de las personas
sino a los especialistas; pero yo
sí creo que quizás haya personas que,
sin tener que perderse en
elucubraciones demasiados complicadas para las cuales ni están preparadas ni tienen interés en estarlo, puedan sin embargo estar interesados en saber
algo sobre este gran filosofo y santo y maestro de la Escolástica. No es
mi intención faltarle de respeto a ese estudioso buscador de la verdad, sino
todo lo contrario: hay que dejarlo en su turris
eburnea limitándonos con menos
pretensiones a referir cosas, verdaderas, míticas o de fantasías relativas a él
y de mas digeribilidad; pero más que todo para entender hasta qué extremos de absurdidad pueda llegar
inclusive una muy privilegiada mente como
la suya; extremos de absurdidad, claro,
así los consideramos, vistos con
la mentalidad de hoy en día. De donde se
revela que cada cual es hijo de su tiempo;
y nuestra “independiente” forma
de pensar depende del ambiente en el cual
vivimos.
En la moral sexual,
Tomas de Aquino, junto con Agustín y Alberto Magno han sido, hasta ahora y por
lo menos en la Iglesia católica, una
autoridad indiscutida, aun que hoy en día sus enunciados nos hagan sonreír con bonhomía; como por
ejemplo en la Summa
Theologiae,
( II-II
q. 186 a.
4) de Tomás, cuando nos dice: “ El
celibato permanente es indispensable para alcanzar una piedad perfecta. Y por
esta razón Joviniano, quien puso el
matrimonio en el mismo plano de la virginidad, fue condenado por la Iglesia”. O
también cuando, siguiendo ciertos
cálculos estadísticos de San Girólamo en
el IV siglo, nos dice que “las vírgenes obtienen en el paraíso el
premio al 100%, los viudos los reciben al 60%, los casados al 30%” ( Summa Theologiae, II-II q. 152.a.5 -2).
También por lo que respecta a la posición de la mujer en la iglesia, nada ha
cambiado desde San Agustín quien denunció, desde el siglo IV, que las desgracias de la humanidad en cierto
sentido nacieron el famoso día de la manzana que Eva comió y ofreció al marido
ingenuo. Y todavía hasta el 1800 y 1900, los Papas sostenían que el
pecado original había de considerarse más o menos literalmente con la
versión de la serpiente y la manzanita. San Agustín,
( en De Civitate Dei, 14,11) nos
enseña que el Demonio se ha dirigido a la parte más débil de la pareja humana y
concede atenuantes a Adán ya que el pobre hombre cedió al error de su mujer, por amor de ella. De esto viene la
antigua condena de la mujer como tentación y las mujeres han aceptado con demasiada
resignación la idea que su sexo fuera como “una llaga de putrefacción” querida
por Dios. Y este desprecio de San Agustín para las mujeres sigue en los
siglos siguientes con Alberto Magno y San Tomas de Aquino quienes citan nada
menos que Aristóteles.
¿Pero, que pensaba realmente Aristóteles? ¿El Grande Aristóteles? Que
la mujer debía su existencia a un error, a una desviación en su proceso de
formación, que la mujer era una desviacionista, un hombre defectuoso: aún que
en 1.200 y algo apareció otro pensador,
el obispo de Paris, quien en defensa de la mujer sostuvo que si la mujer se
definía hombre mal logrado, se podría entonces definir al hombre como hembra
perfecta, pero, eso, claro, podría hacer surgir la duda nada menos de la Herejía Sodomítica! En fin, un batí barullo de opiniones sobre
argumentos importantísimos y al mismo tiempo inútiles. Se vio de todas maneras que los machitos
paganos y los machitos cristianos, ambos, relegaban la mujer a funciones muy secundarias,
pasivas. Y el hecho que el hombre fuera activo y la mujer pasiva indujo a
Aristóteles a dictaminar que el hombre
genera al hijo y que la mujer solamente lo cultiva. Y Santo Tomas de Aquino se convence
por lo tanto que la semilla masculina, el espermatozoide, sea el único
principio activo de la
generación. Habrá que esperar hasta 1827 para que alguien descubra las funciones del óvulo
femenino y que por lo tanto científicamente se aclare que el hijo es producto
de ambas partes. Aun que aceptando esta teoría del producto de ambos, el concebimiento
del Espíritu Santo seria un concebimiento solamente a mitad divino y a la otra mitad humano. Hasta antes de Aristóteles, con Esquilo,
uno de los Tres Grandes de la Tragedia, el hombre es considerado como el único
que en realidad pueda generar. Así que si Oreste asesina a su madre
Clitemnestra, la cosa no es tan grave como lo sería si Oreste asesinara a su
padre; y aquí interviene Apolo quien explica que la mujer no es la que genera al hijo, sino es simplemente la
que lo cuida. Y como ejemplo el sabiondo Apolo cita a Atenas,-Minerva-
Pálade quien nace del cerebro de Zeus, el Altísimo, y no fue alimentada en la
oscuridad del vientre de una mujer. Nació ya adulta, vestida con su armadura y
todo. Y viene la pregunta: porque a
veces el hombre no puede generar un ser perfecto como él, sino al ser
imperfecto que es la mujer? Aquí interviene la Summa Theologiae
( I q.92 a.1) de Tomás donde dice que
una de las causas podrían ser los “vientos
húmedos provenientes del Sur, que producen seres humanos con mayor contenido de
agua!” Y debido a que “ en las mujeres hay mayor contenido de agua,
ella son mucho más fácilmente
sensibles al placer del sexo”. ( Summa Tehologiae II q.42 a.4
-5). Y también Alberto Magno recurre a
la teoría de los vientos cuando nos
enseña que el Viento del Norte nos da fuerza y favorece la generación de
varones, mientras que el Viento del Sur nos la quita y se producen los hombres
imperfectos, o sea las mujeres. Y que “la
mujer está destinada solamente a la procreación” ( Summa Theologiae, I q.92
a.1). Y sigue Tomás que “ nada rebaja
tanto el espíritu del hombre como las caricias de la mujer, el tocarse recíprocamente los cuerpos, cosas que sin embargo el hombre no puede
dejar de hacer para poseer a su mujer.. (Summa
Theologiae II-II q. 151 a.
3 ad 2).
Y comenta que por el defecto del razonamiento, común con los niños y los enfermos mentales, “las mujeres no tienen capacidad de testimoniar en cuestiones testamentarias o penales”. (Summa Theologiae II-II q. 70 a. 3). Y los hijos, cuando serán ya mayorcitos deberán amar más a sus padres que a las madres porque el padre es el principio activo de la procreación. (Summa Theologiae II-II q. 26 a. 10). Y nuestro Tomas basa mucho la indisolubilidad del matrimonio por el hecho que la mujer, la madre, sola, no está en condiciones de educar al hijo, aun que San Gerónimo, muchos siglos antes, haya opinado que las mujeres que hacen voto de castidad pueden llegar a la “dignidad” de hombres ya que no dependen más de sus maridos sino directamente de Cristo. (Super I ad Corinthios 11, 2). Pero, de todas maneras, por la posición subordinada al hombre, las mujeres nunca podrán ser ordenadas sacerdotes. Y Santo Tomas se siente apoyado por Aristóteles cuando este afirma, en Ética Nicomachea 7,12 que el placer sexual impide la actividad mental y por lo tanto pides moderación en las relaciones sexuales entre esposos, ya que producen debilidad en el cerebro (“mentem enervat”).
Así que, en conclusión, lo que es sexo es sinónimo de
vergüenza, macula, soez, deshonor,
asquerosidad. Y el consejo de San Pablo
( 1 Cor.7.1): es cosa buena para el
hombre no tocar a las mujeres” lleva San Agustín y a San Tomas a considerar
“ mas santo un matrimonio sin relaciones
carnales” ( IV Sententiarum d. 26,2,4) cuyo modelo es el matrimonio de María
y José. Y ahora no recuerdo bien si San
Agustín o San Tomas, sostuvieron que las mujeres casadas no debían acercarse
con demasiada frecuencia a la comunión, la eucaristía, porque no eran
suficientemente puras y dignas para eso. Para poder acercarse con más libertad
a la comunión, la mujer casada debía de esperar la muerte del marido o que
ambos hicieran voto de castidad. Y sobre las “posiciones” del coito y otras
manifestaciones eróticas, en IV Sententiarum 31 exp. text. uno de los dos Santos
Varones permite posiciones fuera de la “normal“ pero muy excepcionalmente cuando por motivos
médicos no se puede hacer de otra manera : por ejemplo, si se trata de personas de grande masa corporal.
Ya que los vicios contra natura son el incesto, el estupro, el adulterio, la
masturbación, la homosexualidad, el coito anal,
el sexo oral, el coito interrumpido (Summa Theologiae II-II q. 154 a. 11), debido a que para esos teólogos, la búsqueda del placer
en sí es execrable. Y el ejemplo de lo que es correcto y lo que no, nos viene
de los animales, según San Agustín, siendo sus teorías las que rigen todavía en
la Iglesia Católica: los animales nos enseñan que ellos se
aparejan solamente con fines reproductivos y no usan preservativos así que los
anticonceptivos son contra natura.
Y a propósito
de situaciones más modernas y relativas a la inseminación, se observa eso: que
en 1987 la
Congregación Vaticana para la Doctrina de la Fe declaró que
la “inseminación eteróloga”, o sea con
los espermatozoides de un donador esta
decididamente rechazada.
Por lo que se refiere a la “inseminación homologa
artificial adentro del matrimonio tampoco puede ser permitida”: o sea la
“semilla”, o sea el esperma, el espermatozoide aun que sea del marido, si es
obtenido a través de la masturbación no puede ser aceptado porque la
masturbación sigue siendo uno de los más graves pecados contra naturam. Pero hay una
válvula de escape: está permitido si el esperma, siempre del marido, es recogido
pero durante el acto conyugal “natural”
y con un preservativo, según necesidades médicas. Pero hay que tener la
previsión de que el preservativo tenga un huequito, porque si no fuese con
huequito seria un anticonceptivo y por lo tanto sería prohibido.
Así están las
cosas.
Las mujeres han sido demonizadas durante varios siglos:
desde los primerísimos años del cristianismo, hasta casi nuestros días. Las
hemos consideradas seres inferiores y
hasta hubo momentos que los hombres
sabios se preguntaban si las mujeres tenían alma. Y en los auto da fe, en esta
Europa nuestra que seguimos considerando farol de civilización, han sido
muchísimas más las mujeres a sufrir la
manía del barbecue, que los hombres:
mucho mas brujas que brujos lanzaron sus gritos de terror cuando las llamas las
envolvían con lamidas “purificadoras”.
De esos atroces excesos han sido responsable máxime los sacerdotes y pensadores cristianos, pero
también nosotros los hombres en general, a partir inclusive de mentes
privilegiadas como los antiguos filósofos y artistas griegos.
Hace poco se ha pedido disculpa, de parte de un Papa, por los excesos
cometidos por la
Iglesia Católica durante largos siglos y en contra de la libertad; y espero que de
buena fe.
Pero todos, todos los hombres, de cualquier religión y
de cualquier país y cualquier raza deberíamos pedir disculpa a la mujer
porque nuestra ceguera y arrogancia
de hombres no permitió sino en éstos ultimísimos tiempos comenzar a
descubrir sus grandes valores que en muchos casos son muy
superiores a los de nosotros los machitos, quienes seguimos jugando a
los soldaditos despanzurrándonos
recíprocamente.
**
Y, terminado de
escribir eso, y de volver a leerlo, yo debo pedir disculpas a quien disculpas pedir
debería, pero me surge natural la pregunta: ¿será que muchos de esos pensadores,
importantísimas e inteligentísimos y de
buena fue, en realidad hayan sido también, aun sin darse cuenta, unos grandísimos maricones? ¿ Y que le tenian más miedo a la sodomia que a las mujeres?
Sa
6 comentarios:
Aldo, puedo decir que has encendido una lámpara iluminadora! El Buey sería, entonces, no tan buey? Esa es la pregunta...
Besos para ti
Me llego una carta en latín. Un email, en latin. No es muy usual, verdad?
Por eso me atrevo a reportar lo que escribió mi querido amigo (el también, sobreviviente jajaja ) espero no se ofenda por “violación de privacidad”- Por eso no reporté el apellido completo.
OPTIMVM SCRIPTVM TVVM DE AQVINATEM ET SUMMAM THEOLOGICAM, QVOD LEGI CVM MAGNA DEDICATIONE ET GAVDIO.
VALE! EGO VALEO. JOHANNES L.
Y sí, caro Aldo: Le moglie sono tutte pericolose como cantaba el impagable Domenico Modugno.
Escuchalo. Aquí va el enlace.
Besito
ttp://www.youtube.com/watch?v=jjAptoyDIVI&feature=colike
Antes que me des un tirón de orejas. Escribí mal el plural-lo corrijo: MOGLI pericolose.
Cara Alfa......que alegría escuchar la voz de Modugno.....
Te diré: me costó media hora de investigaciones, jajaja Sabes porque? Porque no consideré que todas las mujeres son pericolose... no solamente las esposas…jaja Y entonces apliqué la dirección que tú me mandaste del LINK; así, justamente, como me la mandaste...jajaj Y falta una H. Y por esa H hija de no sé quien, busca y rebusca, y por fin me permití y atreví controlar lo que tú me habías envíado jajaja Le donne sono tutte pericolose !!! Ciao Bella
8 de septiembre de 2012 17:52
¡Hola Aldino! ¡qué lástima que me faltó una "H" en la copia!
Te mandé por mail el enlace del filme "Le mogli sono tute pericolose". Creo que está completa, yo la voy a ver de vuelta para practicar el oído en tano.
Muchos cariños
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