4 ago 2012

Post Nº 4/4 INESSA ARMAND


  Elisabeth-Inès Stéfane d’Herbenville ( Inessa Armand)
  El Gran Amor de Lenin

Saludada la fiel Nadya y dejada sola en su destierro, Lenin,   como el héroe de Virgilio, se irá  hacia su épico destino: que no serà lo de fundar al imperio de Roma, sino el imperio de la Sociedad Socialista, yendo a San Petersburgo y de allí al exilio, voluntario, en el  corazón de Europa. Será en el 1900.  Durará 17 años ese vagabundear  por allí, escribiendo, trabajando, conspirando, pasando hambre, tejiendo sus tramas políticas hasta  su  definitivo regreso triunfal en mayo del 1917, cuando el Zar habrá abdicado. 
Durante esos años no estará  tranquilo en un sitio determinado.
Lo veremos en el primer exilio en Suiza, Zurigo y después a Mónaco.

DOMINGO SANGRIENTO 1905
NADYA  Y  LENIN Y UN GATO EN PARIS
  La revolución  frustrada  de 1905, cuando las tropas del Zar dispararán  a los manifestantes, lo agarrará en Suiza;  regresará velozmente a Rusia pero para más velozmente  escaparse otra vez a Suiza, pasando por Finlandia.   En este periodo cambiará su nombre y asumirá  para adelante el de Lenin, que significa Hombre del Rio Lena. Quizás en honor al destierro  casi bucólico Siberiano que  fue más o menos  en la zona del Rio Lena, por allá, entre Mongolia y Siberia.


De Suiza pasará a Paris y allí lo alcanzará la esposa Nadya, una vez terminado su destierro y escapada de Rusia. Pasarán hambre de verdad, ambos tendrán que dedicarse a ganar un poco de  dinero para sobrevivir.  Pero siempre con los ojos encendidos por el sueño del destino  revolucionario.  
MAXIMO GORKY EN CAPRI
Y nuestro exiliado en dos oportunidades fue hasta Capri, la isla mágica, huésped de Máximo Gorki.  Oficialmente para descansar pero en realidad para tejer su revolución. 
Se encontrará con personajes mportantísimos, sea de la política que de la finanza. Se verá con autoridades del socialismo internacional  y una plétora de exilados rusos. Allí entró en contacto con  generales prusianos, que facilitarán y financiarán su retorno a Rusia para terminar lo más pronto la guerra en el frente Oriental.

LOS OCIOS DE CAPRI
Las estadías de Lenin en Capri siempre serán  un rompe cabeza para las autoridades soviéticas que han tratado ocultar en lo posible  el argumento. Hasta se han adulterado fotos donde el  futuro zar rojo, con bombín en la cabeza, se veía  plácidamente sentado para jugar ajedrez en la soleada Capri. 

¿BOSTEZANDO, COMPAÑERO LENIN?
 También se arguye  que en la isla de Tiberio hubo encuentros con Koba-Stalin, para rendir cuentas de  “expropiaciones" que dieron buena disponibilidad de dinero a los revolucionarios. El mas ascético de los visionarios  debe  también   alimentarse, ¿verdad?
Pero lo que desde el punto de vista humano es muy interesante observar es que  el ex abogado Vladimir Ilich Uliánov, auto apodado Lenin, hombre de hierro, intransigente consigo  mismo y los demás, puritano,  ascético  a la Savonarola, con la determinada voluntad de conseguir su ideal político; el hombre, en fin,  que quería alejar de si las seducciones de  una vida burguesa en aras de un gran destino fatal....  se enamoró.

 
EL AMOR  PROFANO  DE   LENIN
Y se enamoró de verdad.  Y ese amor, naturalmente correspondido  con una mujer que cuando amaba sabía amar contra todo y contra todos, así como  las mujeres solamente saben amar, ese amor, decía,  lo hizo feliz y humano.
                   
Y ese amor, feliz y trágico, fue una de las únicas tres ocasiones, sin duda  la más intensa, en la cual  se supo que el gran Lenin, el intransigente  Lenin,  había llorado. Fue en el entierro de su amada, muerta muy precozmente. Y fue cuando Lenin apretó con fuerza, quizás en busca de apoyo y comprensión,  la mano de su esposa, la fiel Nadya, que estaba a su lado y que también  lloraba: por ella misma, por su Ilich  y por la amante de su marido que era su amiga también!  Parece increible, pero fue así.


¿Quién era esa mujer?
Era Elisabeth-Inès Stéfane d’Herbenville, Inessa Armand, como será conocida en  futuro. Había nacido  en Paris, en 1874. Era la hija de un francés y de una inglesa, ambos del mundo del teatro.  El papá se había muerto  cuando ella tenía solamente cinco años y por algún motivo fue enviada a vivir con una tía que residía  en Moscú.  Allá se crió,  en el ambiente de la alta burguesía de Moscú.   My joven  y muy bella se casa con el hijo de un rico industrial moscovita,  cierto Alexander Armand.  Durante el período que duró el matrimonio tuvo cinco hijos. Parece que uno de los hijos lo haya tenido con su cuñado. No lo refiero como chisme, como pareciera. Aprecio muchísimo el carácter decidido de Inessa. Todo  es posible imaginarse  de una mujer como ella, muy original, inteligente, independiente, de mucho carácter y que no le tenía miedo a nada. Culta, hablaba varios idiomas perfectamente, ella también se había permeado de los nuevos ideales de socialismo de moda en la buena sociedad moscovita. Pero no como hobby. Ella creyó y luchó por ellos siempre, decididamente y  peligrosamente, durante toda su breve vida, sufriendo cárceles y destierros.  

INESSA  ARMAND

A los 10 años de matrimonio, sus 30 años de edad, ella dejó marido e hijos  y entró en el Partido Obrero Social Democrático Ruso, ilegal. Fue presa, sufrió cárcel y destierro en Siberia. Pero Inessa no era una mujer cualquiera: se escapó de Siberia, llegó a Paris y  se encontró con  los bolcheviques allí exilados, incluyendo a Lenin. En el romántico Café du Lyon se encontraban cada día los exilados rusos. Parece que Inessa se fue directamente donde Lenin, a su mesa  y se presentó. Todo el mundo sabía de la famosa revolucionaria francesa. De paso era una mujer muy bella e interesante lo cual nunca  es un detalle de poco valor. No es difícil imaginar el revoltillo que debe haber producido en el medio de esos jóvenes revolucionarios rusos barbudos y apasionados. Total ella y Lenin se conocieron. Evidentemente simpatizaron de inmediato. Lenin se dio cuenta del gran potencial de esa mujer.  Alguien comentó que Lenin con sus "ojitos de mongol se la pasará  admirando a su francesita" y su potencial;  pero no solamente al potencial  político. Ambos estaban casados pero ese prejuicio burgués no producía escándalo en un ambiente político donde se consideraba al matrimonio una institución destinada a la extinción para conseguir la libertad sexual.  Amor libre socialista. Así eran esos tiempos, en casi toda la Europa intelectual que contaba. De paso, Inessa escribirá  un panfleto a favor del amor libre socialista y Lenin, que tenia por el lado de su padre quizás un dejo de puritanismo,  refutó sus tesis. Refutó sus tesis, pero no a ella y serán  amantes. Y la esposa Nadya, la paciente y comprensiva Nadya, que mientras tanto estaba dulcemente engordando, tuvo su consecuente depresión  y hasta quería  dejar libres a los dos amantes y retirarse discretmente; Lenin se opuso, la quería a su lado;  en fin  en una especie de mènage a trois, poco a poco Nadya aceptará la situación, llegará hasta hacerse muy  sinceramente amiga  de Inessa, repitiéndose la historia del amor compartido para su Ilich, como en los tiempos de Apollinaria Yakupova.
Contenti loro, contenti tutti...” se dice en italiano. 
 La Inessa tendrá varios encargos políticos y de peso, no por ser amante de Lenin sino porque de verdad era una persona muy  válida, confiable y decidida. Llegará a ser Secretaria de un “Comité para los bolcheviques”  de toda Europa.  Más adelante organizará una Conferencia internacional de mujeres socialistas contra la guerra. Lenin la mandó a Rusia en incógnito,  en 1912, en una misión peligrosa, para las elecciones de la Duma.  Fue arrestada, le dieron cárcel, la dejaron libre en el 1913 y se escapará de nuevo de Rusia;  siempre ilegalmente, como es menester que lo haga un revolucionario que se respete. Y regresó a vivir muy  cerca de la familia de Lenin  y después en la misma casa. No se sabe si en la misma habitación. Hay quien dice que sí. Pero, fuera como fuera,  esos son detalles. De verdad  opino que son detalles. Cuando tratamos de personajes excepcionales, las normas "normales" no valen.  Son las mismas personas excepcionales que se hacen sus normas. Las normas normales son para los hombres normales que siguen las normas hechas por los hombres excepcionales.
Sea ella como Lenin fueron fuertemente decepcionados por la actitud nada internacionalista de casi todos los  socialistas europeos, que cacareaban mucho pero que a la hora de decidir en los respectivos parlamentos   sobre las disponibilidades para la guerra, votarán a favor de la intervención, llenos de fervor patriótico. Viva l` Italia! … Vive  la France!…Deutschland über alles !… gritarán  los pueblos  domesticados.   Y fue entonces cuando Inessa, decidida internacionalista también,  se unió con Lenin para pedir a las  tropas aliadas, a los proletarios de Europa vestidos de militares, que volvieran los fusiles contra sus oficiales para comenzar la verdadera revolución socialista internacional.  Punto de difícil asimilación, en una época, en 1914, donde el internacionalismo, la globalización, eran solamente ilaciones de mentes   de jóvenes visionarios  y estudiosos teóricos.  No del pueblo.  
   Vino el día 1º de marzo del 1917. Todo precipita en Rusia.  Cae el régimen Zarista. Se formará un gobierno burgués apoyado por los Soviet de San Petersburgo.    El zar Nicola II abdica. Y en mayo llega Lenin, dando termino (casi) a su exilio.
Llegará recibido  como un héroe.  Llegará con el tren blindado, militar,  ofrecido por los alemanes hasta  San Petersburgo. En ese tren viajarán Lenin,  Inessa, Nadya y otros importantes exilados políticos. Como ya asomado anteriormente, la ayuda alemana a los revolucionarios era debido a que se habia convenido (¿en Capri?) que si èstos ùltimos llegaran al poder  se firmaría de inmediato la paz  con Rusia y se terminaría para el Kaiser  la presión en el Frente Oriental. 
  Y asi fué. Cuando Lenin dentro de poco llegará  al poder,  firmará los Pactos de Paz con Prusia  cediendo algunos trozos de territorio:  pactos que le otorgarán a Lenin el titulo de entreguista de parte de muchas personas incluyendo a Inessa.
 Pero vamos por orden. Estando Lenin ya en Rusia pero antes de que  llegara al poder,  se había formando el Gobierno Kerenski, tildado de burgués y capitalista por Lenin. Kerenski, hombre fuerte,  lo quiso meter preso  y la liebre Lenin   huyó a Finlandia hábilmente disfrazada de conductor de trenes,  sin barba y con grande peluca. Nadie lo reconoció.  A los 3 meses regresará.
 Y el 7 de octubre habrá el famoso e histórico asalto al Palacio de Invierno del Zar. Y  Lenin por fin darà el primer importantísimo paso para coronar su sueño: será el Jefe de Gobierno. Como dicho antes se firmará la Paz con Alemania; paz que Lenin necesitará para constuir su estado socialista. 
Habrá atentados a su vida. Comenzará la contrarrevolución de parte de los que se  llamarán  los Blancos en contraposición a los Rojos, el ejército de obreros y campesinos organizado y mandado  por Trotzky.  Los Rojos ganarán y se comenzará  formar la famosa Union de la Reublicas Socialistas Soviéticas ( C.C.C.P. = U.R.S.S).  Y sucederán tantas cosas: la creación de la Cheka, los Gulags, los grandes cambios en una sociedad  semifeudal.
  Muchos cambios fueron alabados y muchos odiados en el mundo. Lenin será objeto de amor fanático y odio visceral, como todos los hombres excepcionales: como lo han sido o lo serán  Cesar, Napoleón, Mussolini, Hitler, Stalin.

Con el tiempo, apenas con seis escasos años en el poder, ya nos acercamos al ocaso de Lenin.  En el 1921 se agravará por una situación física poco saludable. En  1922 Stalin será elegido Secretario General. Y de esa época es el famoso testamento de Lenin, donde mostraba sus dudas sobre el nombramiento de Stalin.
 El 21 de enero de 1924, el gran Lenin, ya reducido casi a vegetal,  morirá. Poco antes,  comentará Nadya, volvió la cabeza a la pared y lloró: ¿Habré hecho bien? se preguntaba.  Y lloró, con la cabeza vuelta hacia la pared, para que nadie,  ni Nadya lo viera.

Y comenzará la lucha por el poder entre Stalin y  Trotzky.  

Pero… y ¿qué había pasado,  mientras,  con  Inessa Armand?
Regresamos a París.  Cuando se  vio que los acontecimientos estaban precipitándose, poco antes de subir en 1917 al famoso tren blindado que llevaría la élite bolchevique a Rusia, el grande Lenin debía de estar a punto que le  estallara la cabeza  para sentirse ya muy próximo al momento decisivo de su vida y esperado por años. Sinceramente él  sentía   muy fuerte el llamado de la historia y de sus responsabilidades.  El era socialista, claro, era Marxista, creía racionalmente en todo lo que decía sobre la nueva sociedad sin clases. Pero esa era su realidad racional. Emotivamente era de mentalidad burguesa. Era un burgués. Y sujetos a los prejuicios y costumbre típicos de la época.
No tuvo el valor de defender su amor con Inessa Armand. Era un amor fuertísimo e intenso  pero  también era amor adulterino, pecaminoso y además para con una mujer que  no respetaba  absolutamente  la moral victoriana de la época.
No  tuvo valor, Lenin.  No lo tuvo.
Pensó que en aras del conseguimiento de la causa en la cual firmemente creía,  debería sacrificar cualquier debilidad.
Era un amasijo de contradicciones, Lenin. Pobre Lenin, un hombre a caballo de dos mentalidades. ¿La Razón pura y la razón práctica de E. Kant?  ¿El amor socialista y la moral Victoriana?
Y decidió sacrificar su amor. Y sacrificó su vida. Y quizás sus vidas, también.
En París, poco antes del famoso tren blindado alemán, le había escrito a Inessa que  quería que ella le devolviera todas las cartas que él le había escrito en esos años de amores y de conspiraciones. Evidentemente quería dar ejemplo de feroz  integridad y temía que esas cartas,  momentos de debilidad burguesa,   cayeran en manos de sus enemigos políticos. Mejor que se borraran  como si no hubiesen  existido nunca.
Lenin estaba en el Café du Lyon.   Se le acercó Inessa, la mujer que tanto amó y que tanto amaba.  La miró. Se quedó petrificado. No supo decirle nada. No se sabe lo que leyó él en los ojos de ella,  esos  ojos  bellísimos que lo habían mirado con tanto amor. ¿Decepción? ¿Desprecio? O ¿solamente tanto dolor?
 No dijo nada.
Solo escuchó de ella una frase: ”Aquí tienes tus cartas. Son todas. No falta ninguna. Aquí las tienes todas……”
 Momentos  de tremendo silencio y después le espetó un:
“¡Cobarde!”.
 Y el hombre, el grande político que daba discursos y discursos, se quedó mudo.  
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Y salieron con el tren blindado, coima del Káiser.
En la nueva Rusia, a pesar de la decepción amorosa, Inessa seguirá en su actividad  política. Llegó a ser muy importante en el gobierno de Lenin. Fue miembro ejecutivo del soviet de Moscú.  Dio discursos sobre la necesidad de liberar a las mujeres de la esclavitud doméstica. Integró la Misión para recibir en intercambios   a los prisioneros de guerra.
 Apoyó la legislación sobre el aborto. Combatió a la prostitución. Impuso como pudo la protección para las madres y los infantes.  Dirigió la primera conferencia de mujeres comunistas. Y llegada a los 46 años, todavía muy  válida y  bella, murió, posiblemente de cólera.
 Era un muy importante  personaje  de los primeros tiempos de la Unión Soviética. Y cuando murió, en octubre de 1920,  se le hizo un funeral de estado, en la Plaza Roja.  Con los soldados vestidos de gala que  llevaban a hombros el féretro.  El coro entonó una canción…una música. Era  la que ella amaba, su predilecta. Lenin estaba en la Plaza Roja, rindiendo honores.  Sabía de esa música.  ¿La Serenata al claro de Luna? Al oír las notas se paralizó…Y fue cuando  agarró la mano de su esposa, la buena, paciente, fiel Nadya.

Y allí Lenin lloró.
Lloró apretando fuertemente la mano de su esposa. 

Y Nadya sabía que esas lágrimas no eran para ella. Eran para  su amiga,  Inessa. 


 Y lloraba  ella también.

                                                F I N

6 comentarios:

Unknown dijo...

Ay, Aldo, Aldo... Qué terrible final para él! Porque, amigo, el mundo está lleno de cobardes. De hombres cobardes, digo. Uffff...

Hernán dijo...

Hola Aldo, ¿usted esta viviendo en Uruguay? Soy un joven de 17 años que quiere contactarse con usted para hacerle algunas preguntas sobre sus experiencias. Le dejo mi mail: hernan_sanchez@hotmail.es

Anónimo dijo...

"¡Cobarde!"
No estarás solo, Lenin.
Angel

Anónimo dijo...

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Cecilia Molinero Flores dijo...

http://biografiasyotroscuentos.blogspot.com.es/2014/12/lenin-e-inessa-armand.html

Segun la biografia hay vao riedad en algunos datos, yo por lo que he leido fue de Tifus endemico en Rusia en aquellos años.