15 ago 2012

Post Nº 1/7 Stalin Esposas e hijos INTRODUCCIÓN


Las amantes, ESPOSAS E HIJOS DE Stalin.
LA MÍTICA CÒLQUIDA-- REINO CÁZAROS--GEORGIA
 Post Nº 1/7
Introducción.


No es nada fácil hablar con seguridad sobre algo de Stalin.
 La bruma, la leyenda, el odio  furibundo y la adoración fanática impiden una visión cierta. Los dioses y los dictadores están siempre envueltos en misterio. ¿Porque? para que nosotros los normales bobalicones los conozcamos menos  y les obedezcamos mas, suponiendo que sean como desearíamos que fueran.
  ¿El lugar de nacimiento de Stalin?
 La mítica Cólquida, entre el Ponto Euxino y el Mar Hyrcanium,  donde llegó en su época el venturoso y tremebundo Jasón con sus argonautas para robar el Velloncito de Oro y transformar su prevaricación en poesía y acto heroico.   O sea la Georgia, para usar una terminología menos mítica.  Georgia, entre el mar Negro y el Mar Caspio  que no se sabe bien si es Europa o si es Asia. 
EKATERINA  GUELADJE  MADRE DE  SOSO 
Y por allí, en aquella zona, a finales de 1800, vivía una pareja, marido y mujer,  campesinos e hijos de campesinos y nietos de siervos de la gleba.  Él se llamaba Yósif  Vissarion   Dzhugashvili y ella Ekaterina Gueladje. Ella era mujer seria, muy devota y bastante severa, trabajaba de domestica y lavandera  para  mantener a ella y a su hijo. Y el marido  trabajaba como  podía un poco en todo, gastándose su escaso dinero en aguardiente.  Y entre un sorbo y otro, según viejas costumbre de la zona, afirmaba su masculinidad pegándoles a la esposa y al hijo. 
YÓSIF DZSHUSHVILI, PADRE
 En 1879 nace un bebé. Eso sucede a veces, inclusive en la vieja Cólquida.  Lo llamarán Yósif como su padre. Tenía un defectito físico que hubiera hecho feliz a Darwin: los dedos de un pié unidos por una membrana; recordando, quizás, el origen acuático del hombre.  El bebé crece y la mamá se da cuenta de que el chico, aun que debilucho de constitución y semi-anfibio, es inteligente. Naturalmente aspira para él lo que desean todas las madres: éxito en su  futuro. Y en el ambiente campesino de la época, la única manera de un Yósif plebeyo para tratar de sobresalir era  transformarse en sacerdote. No tenía nada a que ver con la necesidad de una vocación. También Casanova, en otros tiempos y en otros lares,  fue sacerdote.   Total, tanto hizo la madre que a los nueve años refugió a su Yósif en un seminario. 
SOSO-STALIN SEMINARISTA
Para darle una educación, para ofrecerle un futuro y para  sustraerlo a las golpizas irracionales del padre borracho que minaban su carácter.  Un compañero de Yósif cuyo nombre  ahora no recuerdo, comentará, muchos  años después, que las golpizas no merecidas formaron un carácter rebelde, endurecieron su espirito, lo hicieron suspicaz, sospechoso, cruel, despiadado.  Pero el chico era sobresaliente.  Al punto  que  le dieron una especie de beca para seguir con los estudios de Teología.  Pero, con o sin teología, el muchacho comenzó a leer algo de revolución. Algo de Marxismo. Se entusiasmó como uno se entusiasma de joven. Pero los sacerdotes, que siempre  en todas partes y en   todas las sectas parece que huelen el anticonformismo, espían, controlan, denuncian, se defienden. Total botaron del colegio al joven revolucionario que estaba contaminando el  ambiente religioso. “Vade Retro Satanás…” Fue en 1899, a sus  20 años de edad.   Pero al fin estando  diez años de “religioso”  algo aprendió. Por lo menos a disimular. Como si hubiese leído el Príncipe de Macchiavelli.
Para ganarse cierto sustento empezó a dar clases  a jovencitos de clase media.

KOBA-STALIN .- SUS 20 AÑOS
Y en 1901 entrará en el partido revolucionario obrero, obviamente clandestino. Conocerá a Lenin. Y por allí, en esos años, comenzó la que el Maestro,  más sofisticado, llamará “campañas de expropiaciones”: fueron asaltos y robos a  Bancos, con contorno de extorsiones también, para financiar la causa. La causa bolchevique,  por supuesto.
 Y de eso el  Georgiano Maravilloso, como lo apodará  Lenin,   rendirá cuenta al maestro en el oasis mágica de la Isla de Tiberio: en Capri. Y rendirá cuentas y lo verá jugando   ajedrez con Máximo Gorki, confabulando con los Krupp y altos Oficiales prusianos: insensible a las miradas de Inessa Armand.
Pero eso será bastante más tarde.  Por ahora nuestro Yósif  comenzó su vaivén  a  Siberia y de Siberia.  No por turismo.  Por siete veces  fue deportado allá y por siete veces se escapó. La primera vez fue por organizar una huelga contra los Rothschild: quizás de allí su antipatía para los judíos. Y entre una escapada y otra un buen día se casó.



                                                                               Fin del Post 1/7

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy ameno, adelante.
Angel

Anónimo dijo...

Muy ameno, adelante.
Angel