15 ago 2010

Per la Madonna! Per dio! Per Hercules!


Invocación a la divinitas en la Roma Pagana y Cristiana)

- Why do I see you kissing my wife?
- Because of your rubber soles, Sir

Era en el ‘41 o ‘42, no recuerdo bien, en mi secundaria en Roma, en escuela privada y de sacerdotes Católicos Ingleses que hacían el saludo fascista en boga y obligatoriamente espontáneo.
Con mi amigo del alma Michele, peleábamos para decidir quien de los dos tocaría la campanita de la misa del domingo, también obligatoriamente espontánea. Y también descubrimos que podíamos robar algunas de las tantas rosas bellísimas que con gran diligencia cultivaba en el jardín de la escuela nuestro el Director, Mister Clance. Eran para regalarlas a nuestras amiguitas, nuestras primeras noviecitas y habíamos aprendido que las damitas se conmueven por una atención delicada y no les interesa saber de donde ni como proviene. El eventual robo confesado aumentaría románticamente el alón de misterio.
Pero naturalmente vino la ocasión, la última, en que el Director nos agarró con las manos en la masa: teníamos dos rosas bellísimas cada uno, de un rojo oscuro con algo de venitas misteriosas negras. Con su flema británica graciosamente mezclada con la impulsividad de los hijos de Remo, nos agarró de las orejas. Y literalmente nos embistió con su archirridículo acento a la Stanlio y Ollio (o, en español, el Gordo y el Flaco):
-¿Dónde creen que van Uds.? ¿Con estas rosas robadas? -
- ¡Per la Madonna, señor Director! (
(“Per la Madonna” significa “Para la Virgen”. Pero la interjección en italiano es interpretada además como una blasfemia a la Virgen. Per la Madonna!… Per Dio!… Per Hercules!, decía Plauto, el comediógrafo).
El Sacerdote se quedó perplejo.
-Estamos en el Mes Mariano, el mes de Maria. Son para el culto a Maria Virgen- le aclaré con mi carita de inocente.
Y al decirle que eran para la Virgen, el Señor Director además de perplejo se quedó paralizado… Soltó la presa o sea las orejas.
- Por estas ves, llévenselas. Colóquelas bien, son rosas muy especiales. Pero para la próxima, me pedirán permiso a mí, personalmente. En la tarde pasaré a ver como las habrán colocadas en el altar.
Y así fue como aprendí que para cualquiera eventual desavenencia, hay que tener siempre, siempre, una plausible excusa  lista.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Que tierno y dulce es tu relato, narrada exquisitamente salpicada de diversión y otras con enseñanza como la del "Santo Prepucio".

Anónimo dijo...

Hoy 12 de Octubre se celebran las festividades de la Virgen del Pilar. Es una cuestión de fe, esa savia que alimenta, y no sólo, a las religiones. Las pruebas que nos imponen son realmente insuperables: incluso las de la Virgen.
En Le Portel, pueblo de pescadores al sur de Calais, veneran a la Virgen que "apareció en una barca de piedra, sin velas ni remos, vívamente iluminada"!!
Estoy cansado de tanta incoherencia y he decidida abrazar el Islam.
Como islamista podría volar hospitales y guarderías contando con la admiración de mis correligionarios; tendría varias mujeres porque Mahoma, en su infinita sabiduría, permite tener tantas esposas como se puedan mantener; y quemaría tantas biblias e historias sagradas como me dé la gana sin que Occidente levante una ceja.¿te imaginas, Aldo, si quemo un Corán en Atocha? Los árabes nos cortarían el petróleo y hasta los chinos dejarían de prestarnos dinero.
Es cosa de pensarlo.
Sabáah al-hayr
Angel.