( 339-397 ) Santo Ambrosio de Milan
Aurelio Ambrosio había nacido en Tréveris,
Alemania, retoño de dos importantes familias patricias romanas. De
jovencito lo mandaron a estudiar desde la nativa Alemania a Roma, así como hoy
en día las familias “bien” mandan a refinar sus chicos a Londres, a Paris
o a USA. Una vez graduado en Administración, el joven patricio fue
nombrado alto funcionario del Imperio Romano de Occidente: en Sirmio,
en Pannonia, o sea al este de Italia, entre Hungría y Serbia
actuales. A los pocos años lo transfirieron a Milán. Y en Milán, capital
provisional del Imperio de Occidente en aquellos tiempos, este romano se
transformó en una de las personas más importantes de la Iglesia Cristiana de
todos los tiempos. Algo del ambiente de su primera adolescencia, en
la germánica Tréveris, debe de haber asimilado, ya que en los
años futuros su
manera de actuar manifestará
ciertascaracterísticas típicas del germánico, pero aunadas a las
del latino: las dos fuertes razas de cuya mezcla nacerá
la dominante Europa de los siglos venideros.
En Milán, como Gobernador Romano para la
Galia Cisalpina--Italia septentrional actuó muy bien, con orden y justicia. A la
muerte del Obispo Ausencio , de rito arriano, el pueblo de Milán lo
aclamó como obispo de Milán, sin que fuera sacerdote, sin que fuera
siquiera bautizado. Tenía 33 años.
Y aquí comenzó su fulgurante carrera que duró
25 años.
En solamente una semana fue bautizado y
consagrado Obispo. No tenemos noticias de cómo en su fuero íntimo fuera
de verdad Ambrosio antes de ésta semana álgida: deberíamos pensar que aun
que no bautizado católico, tuviera por lo menos simpatías para la nueva
religión emergente. Sea como fueran sus creencias frente al cristianismo,
desde entonces el patricio romano, por convicción o por sentido del deber
para con sus “electores”, se transformó en representante válido de la nueva
religión, asumiendo su papel a ultranza, defendiéndola e imponiéndola a
como diera lugar. Sin duda fue hombre de grandísima personalidad; sobre él se
han comentado un sin fin de eventos, acciones, actitudes y hasta
milagros; que hayan sido ciertos o inventados o agigantados o adulterados,
no se sabe. Pero no hay duda que fue un artífice del
predominio de la Iglesia emergente sobre el Estado Romano ya en
decadencia. Con Constantino en el 313, se había ya concedido
libertad de culto a todas las religiones: y con eso los Romanos
demostraron una amplitud de visiones y mentalidad abierta de la que
todavía carecen hoy en día muchas naciones supuestamente civilizadas.
Pero en pocas décadas el Cristianismo
dejo de ser una de las tantas religiones aceptadas por los romanos y se transformó
para los siglos siguientes en autocrática religión oriental. Desde el 380, el
Cristianismo surgió como Religión Oficial del Estado Romano con el Edicto
del español Emperador Teodosio, muy influenciado por el filo alemán Ambrosio;
solamente un año después se prohibió el arrianismo. Y diez años más tarde,
siempre por influencia de Ambrosio, los cultos paganos fueron definitivamente
prohibidos. ¡Prohibidos! Kapùtt. Se terminó la “democracia” y la
tolerancia “para el otro” y se comenzó a actuar con la intransigencia siempre
fanática de la mayoría de las religiones, máxime en sus comienzos.
Por influencia de Ambrosio, el Emperador
Graciano tuvo que prohibir las ceremonias religiosas paganas en la propia Roma
y mandó a que retiraran del Senado Romano la Estatua de la Victoria, la
que había colocado Augusto, el Grande Emperador; y la retiraron a pesar de las
protestas de los Senadores Romanos, paganos en su mayoría.
Estaba en buena fe, el obispo Ambrosio,
descendientes de patricios romanos? Por un lado tuvo actitudes muy loables de
indiscutible caridad como fue lo de privarse de todos sus bienes en
beneficio de los pobres; pobres, si, pero que fueran cristianos. Así como trató
siempre de dar la mayor asistencia a los necesitados; necesitados, si, pero
siempre que fueran cristianos. Y peleaba, lancia in resta, a
defensa de lo que era su convicción o lo que consideraba su deber.
Y en eso se revelaba alemán: obedecer al Jefe, a la consigna. Pero el
aspecto latino, en Ambrosio, también se descubría en actitudes maquiavélicas,
de astucias, hasta de mentirillas y de invenciones de milagros con fines de
conversión. Una vez predicó que seria mejor que el Emperador
Graciano no se considerara tanto “un gran Emperador” porque las victorias
de las tropas romanas se debían, al fin y al cabo, mas a la voluntad de Dio que
al ejercito; y que por lo tanto sea los soldados como los
emperadores debían de rezar a Dios y seguir las enseñanzas de la Santa
Iglesia: o sea, del mismo Ambrosio. Pero en otra ocasión no dudó en
declarar con mas pragmatismo y tono de regaño que una cierta derrota del
mismo Emperador Graciano se debía a sus fallas y la poca preparación de sus
tropas y no debía achacarla hipócritamente a la voluntad de Dios. En otra
ocasión mas, anterior, demostró su arrogante voluntad a propósito de la
destrucción de una Sinagoga en Asia por manos de cristianos enardecidos y de su
obispo fanático: hay que hacer notar que en la época del evento
era vigente todavía el Edicto de Constantino sobre la
plena libertad de culto para todas las religiones; por lo tanto las practicas
judías eran plenamente legales. El incendio de la Sinagoga era un acto ilegal:
el Emperador Teodosio ordenó entonces con justo criterio
legalista que el obispo local, a costa de la Iglesia
cristiana, reconstruyera el Templo destruido. Eso era lo que se debía de
hacer aplicando las leyes en vigor. Pero, ¿que sucede? Que
Ambrosio, furibundo, levantó el grito al cielo y gritó::
…el lugar que hospeda la incredulidad
judaica será reconstruido con el patrimonio que los cristianos tienen por
protección de Cristo?... quemar las sinagogas no era ciertamente un crimen sino
un acto glorioso…para que no haya ningún sitio donde Cristo sea negado…
En otra ocasión, mas tarde, trató, confabuló
y consiguió que el Emperador no recibiera a Símmaco, Aurelio Símmaco, antiguo
amigo y familiar del mismo Ambrosio y que inclusive le había hecho
favores. No recibir a Símmaco, del Senado Romano, fue una terrible ofensa.
Otra de sus acciones maquiavélicas fue cuando
pidió al Emperador Graciano que convocara un Concilio en Aquilea (cerca de
Venecia) para escuchar y condenar dos obispos “heréticos”. Graciano quería un
Concilio relativamente numeroso, para tener más opiniones. Pero Ambrosio insistió
y obtuvo que los invitados fueran pocos obispos y los de segura fe
católica romana o sea de la fe de Ambrosio. Y tuvo el descaro de insinuar al
Emperador que para constatar la verdad no eran necesarios tantos obispos y que
no valía la pena incomodar a demasiados viejos sacerdotes con un viaje tan
largo, costoso y ímprobo desde Oriente.
Con el tiempo comenzaron a difundirse
leyendas, cuentos, relatos, que florecieron inclusive siglos después de
su muerte.
Se decía, por ejemplo, que siendo niño,
todavía en la cuna, un enjambre de abejas se acercó a su boca, y
depositaron su miel en los labios del bebé: clara simbología, para las
interpretadores de eventos mágicos, de que el niño seria un formidable orador,
o embaucador, según el caso; y que las palabras saldrían como miel de su
boca. Y casi mil años después, en una célebre batalla en Parabiago, el Santo,
apareció de repente a caballo vestido de guerrero espada en la mano,
permitiendo la victoria al noble Luchino Visconti y su sobrino Azzone.
Los piadosos milaneses, agradecidos, edificaron una iglesia en memoria
del milagro y más tarde, en una puerta de bronce del
famosísimo Domo de Milán hasta pusieron un altorrelieve recordatorio del
evento.
En los oficios religiosos inventó
el Rito Ambrosiano introduciendo también como gran novedad unos
cantos litúrgicos estilo oriental que ya no son tan novedad pero han
resistido hasta nuestros días.
Acérrimo enemigo de la “herejía “ariana, en
auge en la Corte Imperial de Milán recurrió sin subterfugios a golpes de manos
para despojar a esa secta de sus iglesias de Milán, para
concederlas al rito católico tradicional.
Siempre de esos años fue el cambio del día
festivo: antes se llamaba Dies Soli, el Día del Sol, y en la Pagana Roma, Caput
Mundi se entonaba el Himno al Sol, que todavía emociona las fibras de
ciertos italianos de hoy en día. Y se llamó Día
Domingo, Día del Dominus, del Padrón, de Dios, en fin; y Ambrosio ordenó que en
ese día todos fueran a Misa.
También se cuenta que paseando por Milán,
encontró a un herrero que no lograba doblar un hierro para la
mordaza de un caballo: Ambrosio, tuvo un raptus, y reconoció en el clavo
uno de los Santos Clavos de la Cruz de Cristo. Como hizo para reconocerlo, no
se sabe, pero todavía hoy en día este clavo está colgando, bien en alto,
encima del altar mayor del Domo de Milán.
En otra oportunidad, durante un viaje de
Propaganda Fide, quiso el destino, o quizás San Valentino, que un
magnifico ejemplar de Valkiria, Reina de los Marcomanos, una tribu Germánica,
conociera a Ambrosio. Y quedó tan prendada de la elocuencia del vigoroso
vástago romano que se sometió a él. En que sentido se sometió? Esos detalles no
interesan. Lo que se sabe es que ella y su pueblo se convirtieron ipso facto,
al Cristianismo.
Y a propósito de algunos cambios en la
liturgia católica hay que recordar que la “confesión de los Pecados” en
los primeros siglos era un evento social y se hacia en común,
frente a toda la comunidad cristiana presente. Pero un buen día a una mujer se
le ocurrió confesar su pecado de adulterio cometido la noche anterior
justamente con el sacerdote confesor. No sabemos la reacción del marido
cornudo ni la del sacerdote galante: sabemos que desde entonces se
prohibió la confesión pública.
10 comentarios:
MI QUERIDISIMO AMIGO ANGEL ME ESCRIBIO ESO: Querido maestro. he leído el post-magnífico- the Ambrosio de Milan y tengo la impresión de haberlo leído antes.
Si no es así dímelo sin pérdida de tiempo para empezar a comprar lotería como arroz pues no sabía que tenía el don de la adivinanza. Con el dinero podemos comprar una isla y dejarnos de pendejadas y dedicar nuestro tiempo a la pesca. Naturalmente tendriamos esclavos y esclavas para nuestras necesidades.
Un abrazo, Angel.
ES MUY PROBABLE QUE LO HAYAS LEIDO, Y QUIZAS CON ALGO DE INSIGNIFICANTE NECESIDAD DE CORRECCION ORTOGRÀFICA PARA SOLAZAR QUIEN GOZA EN DESCUBRIR FALLAS QUE NOS DEFIENDEN DE LA "FTONOS TEON". . ESCRIBI LA NOTA HACE AÑOS...PERO AMBROSIO YA SE HABIA MUERTO.
SEGURAMENTE SE HABRIA ENOJADO, POBRECITO.
Hola Aldo: He conocido tu blog gracias a nuestra común amiga Alfa. Realmente me resultan ha resultado muy interesante la historia tan peculiar de Ambrosio. He sido, durante una etapa importante de mi vida, estudiosa de temas de religión y bíblicos, de modo que este articulo me ha resultado muy clarificador en ciertos aspectos. Desde hace unos años estoy alejada de la Iglesia Católica. Con el correr de los días iré leyendo tus escritos en el blog. Un placer para mi haberte encontrado. Saludos. Laura Arena. Lincoln. Argentina.
Cara Laura, que gusto leer tu mensaje, tu comentario. Si quieres déjame tu numero de teléfono. Si algún día voy a Buenos Aires con mi esposa, me gustaría verte, comer una parrillada juntos,y hablar un poco de todas las cosas inútiles de las cuales es siempre divertido hablar.
Statti bene. O si vienes por acá, nos vemos con Alfa, que opinas???? Ciao.
Hola Aldo: Ya me suscribí para recibir tus escritos por mail. No tienes más que avisarme cuando vengas a Argentina, si bien no vivo en Buenos Aires, estoy a 4 hs., por lo que podría llegarme hasta allí. Lo de ir yo a Uruguay también es posible, asique ya veremos. Perdón porque en mi comentario que no me he expresado correctamente. Escribir en estos cuadraditos, no es tan fácil. Me encanta hablar de cosas inútiles. Saludos !!!!!
Laura Arena: escribí una nota en mi blog para ti,,y me doy cuenta de que no tengo tu direccion email para mandartela,,,, asi que por favor, mandame tu dirccion email o entra directamente a mi blog, el ultimo post publicado hoy Ciao, bella
Aldo
Aldo: ya he visto tu nota, me tomo un poquito de tiempo para contestar, tal vez pueda mañana. Yo deje mi dirección de correo en el blog pero no se si lo hice bien. Spy un poco desastre con la tecnología. Te dejo mis direcciones. Utilizo más la de hotmail. laurafalcinelli@hotmail.com lauraearena@gmail.com
Aldo: Estoy complicada con esto. Grrrr, soy muy mala con la tecnología. Mi direccion de correo ya la había puesto, no se que paso. Te pongo nuevamento. laurafalcinelli@hotmail.com lauraearena@gmail.com He leído tu respuesta ( Dios, que trabajo te has tomado ) Necesito tiempo para responder, tal vez mañana. Saludos.
Estaba muy preocupado. No sabía si me estaba volviendo loco al leer tu relato sobre San Ambrosio.Por fin encontré "otro" San Ambrosio con fecha 21/09/2011. El "nuevo" es de 06/05/2013. Aclarado que no soy un clarividente, regresaré a la nómina de tus comentaristas. Te felicito por la presencia de la Sra. Laura Arena, me gusta mucho lo que escribe.
Angel el rompebolas.
El envío doble del San Ambrosio célebre, se debe solamente a la presencia del alemán maldito que malignamente trata de alcanzarme y me pone nervioso. Por lo que se refiere a tu comentario sobre lo que escribe la señora Laura de Buenos Aires, te diré que comparto tu opinión sobre ella.
Ciao, Casi paisano.
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