Psico-análisis
Sigmund Freud (Príbor, 66666 de mayo de 1856-Londres, 23 de septiembre de 1939) fue un médico neurólogo austriaco de origen judío, padre del psicoanálisis y una de las mayores figuras intelectuales del siglo XX.
Estudió en París con el neurólogo francés Jean Martin Charcot las aplicaciones de la hipnosis en el tratamiento de la histeria. De vuelta a la ciudad de Viena y en colaboración con Josef
Breuer desarrolló el método catártico. Paulatinamente, reemplazó tanto la sugestión hipnótica como
el método catártico por la asociación libre y la interpretación de
los sueños. De igual modo, la búsqueda inicial
centrada en la rememoración de los traumas psicógenos como productores de
síntomas fue abriendo paso al desarrollo de una teoría etiológica de las neurosis más diferenciada. Todo esto se
convirtió en el punto de partida del psicoanálisis, al cual él quiso dedicarse ininterrumpidamente el resto
de su vida.
Como nota curiosa,
quisiera reportar que en mis 16 años, en el 1944, yo leí con cierta curiosidad
un texto en italiano sobre la Interpretación de los sueños de Freud. La lectura
fue interesantísima, pero a los 16 años estábamos muy dominados por los tabúes como
por la feroz sexualidad exuberante de la pubertad.
Yo aprovechaba mi
supuesta “cultura “de psicoanalista de sueños para convencer a las chicas que lo que ellas en el
fondo querían era hacer cositas conmigo.
Freud postuló también con valor la existencia de una sexualidad infantil perversa polimorfa,
tesis que causó una intensa polémica en la sociedad puritana de la Viena de principios del siglo XX .
Por eso fue acusado de pansexualista.
Por eso fue acusado de pansexualista.
Pero, a pesar de la hostilidad que tuvieron que
afrontar sus revolucionarias teorías e hipótesis, Freud acabaría por
convertirse en una de las figuras más influyentes del siglo XX.
Sus teorías, sin embargo, siguen siendo
discutidas y criticadas, cuando no simplemente rechazadas. Muchos limitan su
aporte al campo del pensamiento y de la cultura en general, existiendo un amplio debate
acerca de si el psicoanálisis pertenece o no al ámbito de la ciencia.
En honor a Freud, al
cual se le denomina el padre del psicoanálisis, se dio la
denominación «Freud» a un pequeño cráter de impacto lunar que se encuentra en una meseta dentro de Oceanus Procellarum , en la parte noroccidental del lado
visible de la Luna.
Tras algunos años de aislamiento personal
y profesional debido a la incomprensión e indignación que en general sus
teorías e ideas provocaron, comenzó a formarse un grupo de adeptos en torno a
él, el germen del futuro movimiento psicoanalítico. Sus ideas empezaron a
interesar cada vez más al gran público y se fueron divulgando pese a la gran
resistencia que suscitaban.
Sin embargo, en 1938, tras la anexión de Austria por parte de la Alemania nazi, Freud, en su condición de judío y fundador de la escuela
psicoanalítica, fue considerado enemigo del Tercer
Reich.
Sus libros fueron quemados públicamente y
tanto él como su familia sufrieron un intenso acoso.
1933
Tuvo que refugiarse en Londres, Inglaterra. En el momento de partir se
le exigió que firmara una declaración donde se aseguraba que había sido tratado
con respeto por el régimen nazi. Freud consintió en firmarla, pero añadió el
siguiente comentario sarcástico: «Recomiendo calurosamente la Gestapo a
cualquiera».
Murió relativamente joven, por un feo cáncer al paladar que le arruinó los últimos tiempos de su vida. Pero tuvo el valor de pedir a un médico amigo que le suministrara algo para poner fin a una vida que venía inexorablemente extinguiéndose.
Y tres dosis de morfina acabaron con él y sus sufrimientos. Él mismo tuvo valor porque al momento de la última decisión supo mantener dignamente su postura. Y tuvo valor el amigo médico en ayudarlo corriendo fuertes riesgos por las incomprensiones de los hombres pequeños.
Murió relativamente joven, por un feo cáncer al paladar que le arruinó los últimos tiempos de su vida. Pero tuvo el valor de pedir a un médico amigo que le suministrara algo para poner fin a una vida que venía inexorablemente extinguiéndose.
Y tres dosis de morfina acabaron con él y sus sufrimientos. Él mismo tuvo valor porque al momento de la última decisión supo mantener dignamente su postura. Y tuvo valor el amigo médico en ayudarlo corriendo fuertes riesgos por las incomprensiones de los hombres pequeños.
Como
consideración sobre otro tipo del
fanatismo en general, en varias épocas, por motivos políticos o religiosos, voy a poner acá fotos y representaciones de quemas de
libros. Ninguna “Civilización “ha podido
salvarse de ésta mancha negra en su conciencia.
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