22 ene 2013

L.- Personajes.- 9/54 DIDON de TIRO y ENEA


                     D I D Ó N    D E   T I R O  y ENEA.
                             Siglo VIII a.c.


También con Didón de Tiro, la fecha de nacimiento es incierta. De todas maneras estamos alrededor del octavo siglo antes de nuestra era.  Su nombre verdadero era Allyyzah, en fenicio, o sea Elisa, la Gioconda, como  la famosa Monna Lisa de Leonardo, y gioconda en italiano significa alegre contenta: la pobre Gioconda Cartaginés. Y nunca un nombre fue tan a despropósito, considerando como terminará sus días.  Pero antes del triste destino era una bellísima princesa fenicia, inteligente y muy astuta.  Su padre la casó con un tal  Sicardas que era su tío,  sacerdote y  riquísimo. Ser un pobre muerto de hambre  no es un gran honor para nadie y no ofrece grandes ventajas. Pero  también es cierto que ser riquísimo presenta otras desventajas, entre las cuales la envidia.  La bella princesa Didón tenía un hermano, un tal Pigmalión (pero nada  que ver con el otro Pigmalión  del cuento del escultor que se enamoró de su estatua).  Este hermano era tan envidioso de su cuñado y tío que un buen día decidió mandarlo a matar. Y lo mandó a matar y agarró todas las riquezas de su cuñado – tío.  Pero parece que quería apropiarse también de su hermanita y no se sabe bien con qué fines. Pero los imaginaba, ella   y los temías la bella hermanita Didón, que  se escapó casi sin un centavo pero con la virtud salvada y solo unos pocos acompañantes, jóvenes nobles de Tiro.  Como primera etapa llegaron a Chipre y allá los nobles jóvenes no se portaron tan noblemente porque, con la excusa de no tener pareja, raptaron  las doncellas chipriotas que eran bellísimas y sabían tocar el arpa. Hubo problemas, naturalmente. Didón con sus pocos y galantes vasallos tuvo que escaparse otra vez y arribó a África. Recordamos aquí que  Fenicia es Asia. Asia menor pero es siempre Asia. Cerca de África pero sin serlo. Y allá, en tierras africanas, encontró a un lindo príncipe, que no era azul sino un poquitín moreno. Se llamaba Hiarbas. No muy negro, pero lo suficiente para que no le gustara mucho a la sofisticada Didón quien por lo tanto decidió mantenerse fiel a la memoria del marido muerto.  La fidelidad femenina depende casi siempre de la capacidad de seducción del otro aspirante.  Pero capacidad de seducción la tenía, y en abundancia, la bella Didón que tanto enredó al pobre príncipe Hiarbas que al fin le concedió el derecho a tener un pedacito de tierra.
" No quiero mucha tierra, príncipe Hiarbas " le dijo Didon con una de sus mas seductoras  sonrisas, " solamente cuanta  puedo circunscribir  con una piel de toro".
El Principie Hiarbas prestó más atención a las voluptuosas  formas de la insinuante Didón que a sus palabras. Y le dijo que sí.
Así que Didón, astutamente, agarró una piel de toro, la mandó a cortar por sus sirvientas  en tiras muy estrechitas  como unos fetuchines. Y entonces, claro, poniendo esos fetuchines uno detrás de otro, pudo  circunscribir una superficie de tierra bastante grande como para construir allá una ciudad.
Y la ciudad, de la cual obviamente se coronó reina la llamó Quart Hadast, o sea Ciudad Nueva, o sea Cartago. 
Y allí ella reinó e vivió feliz y contenta con sus súbditos que no se sabe bien de dónde venían pero que de todas maneras estaban allí, la amaban y la respetaban.
Pero ¿qué sucede un buen día ?
Que llegó, de allende los mares, un  pobre tipo, sucio, maltrecho, desterrado, pero con un gran destino marcado por el Hado.  Ese  tipo era el "piadoso" Enea , gran hijo de puta pero  también hijo de una diosa y nada menos que Venus.  Y ésta cariñosa mamá,  que de trucos de seducción sí sabía como autentica profesional que era, hizo que su hijo, el "piadoso", Enea  apareciese a los ojos de la viuda Didón más  bello, viril y seductor que nunca.
¿Que pasó entonces?
Sucedió que la fidelidad al marido muerto se le fue completamente de la mente.  Enea,   feliz y contento, pudo  rehacerse de muchas abstinencias y no solamente alimenticias.  Y dale que te dale, estuvieron juntos y revueltos hasta que... se sabe como son los hombres, después de algún tiempo se cansan y entonces se recordó de sus deberes y de los sagrados Destinos Fatales de Roma.  Si, claro, porque Enea es el mítico iniciador de la Era Romana.
Dejó en la playa africana a la pobre mujer,  enamorada y desesperada y levantó  velas hacia su Destino, en el Latium, donde  nacería  la ciudad de Roma, Caput Mundi. 
La pobre Didón, seducida y abandonada, no pudo resistir al dolor y a la vergüenza y  se tiró a la pira encendida, maldiciendo a  Eneas, a todos los hombres y a los Troyanos  y a los Romanos, que todavía no existían pero que ella sabía que existirían. 






5 comentarios:

Alfa Segovia dijo...

Singular historia de Dido-la reina de Cartago- y Eneas- que al fin y al cabo tenía que seguir viaje hacia su destino-. No se explica muy bien porqué dices que es un "hijo de puta". ¡Pobrecito! ¿Acaso no sabes que no se puede imponer la voluntad propia sobre la de los dioses?

Aldo Macor dijo...

PRIMERA PARTE:
Querida Alfa. Hacía tiempo que no veía tus notas a mis anotaciones sobre casos de la vida. También es cierto que últimamente estoy trabajando menos en el BOLG, debido a que me estoy dedicando a un nuevo amor: el de editar películas. Sí, querida, peliculitas mías, caseras, hechas por mí en el curso de mi vida “folklórica y variopinta” donde hay un poco de todo: Desde el año 1957, recién llegado a América con mi papá y mi mama, hasta…ayer. Películas hechas cada una según las disposiciones técnicas de las épocas. Editarlas, tratando de corregir los errores más efervescentes, ha sido un trabajo enorme, para mí, claro, octogenario en busca de ponerme a hacer malabarismos con el internet . Para pasar los 40 DVD en que alguien, (hace veinte años, pagándolo, obviamente) me había transformado de los jurasicos Betamax y VHS, para pasarlos, decía, esos “ nuevos DVD” en programa editables al ICQ, me costó una enormidad. Un esfuerzo tremendo. Pero lo del internet, es una experiencia fabulosa. Me metí con decisión, paciencia y mucha voluntad. Un joven amigo me sugirió e enseñó muchas cosas y yo con esas nuevas, para mí, armas de ataque, fui al asalto…avanti bersaglieri jajajaja

Aldo Macor dijo...

SEGUNDA PARTE:
Conclusión: ya pase más de cien videos a YOU TUBE, para solazo o aburrimiento del incauto que vaya a verlos… Quizás los más emocionados favorablemente fueron mis tres hijos, felices, dijeron, de mostrar ellos a sus hijos como eran sus papás cuando tenían la misma edad de ellos. Claro yo tengo peliculitas con el llanto del primer hijo, al nacer. Y los deditos en la nariz de otro, y varias monerías tiernísima a verse ahora. Y mi bellísima novia y mi boda.
Bueno, pero ahora, considerado que ya casi me considero un segundo Fellini ( segundo en el curso del tiempo, claro y no en la calidad), voy a seguir el consejo de alguien:
Me voy a sentar tranquilamente en mi sofá, trataré de agarrar la pose mas cónsona, y frente a mi handy cam, y me filmaré a mí mismo, hablando de…
¿de qué?
¡ Ay, Alfa, de todo!!!!!! De todo lo que se me ocurra. Conferencias, charlas, opiniones, política, historias. Total, no habiendo contradictorio tendré siempre la más plena razón.
Te voy a mandar el primero que salga a la luz. En anteprima.
Ciao, Alfa amiga, paciente y gentil…


Anónimo dijo...

¡Esos hombres!
La historia de los "fetuchines" la sabía, pero me hiciste recordar una sonata de Giuseppe Tartini que fue subtitulada como "Didone abbandonata"
Bueno querido Fellini, ¡a por el Oscar!
Angel

Unknown dijo...

El post fabuloso, como acostumbras. Pero la noticia de las "peliculitas", lo es más. ¡Me voy a YouTube a buscarte!
Besos
Carmen