10 oct 2012

POST bº 5/7 NADYA LA SEGUNDA ESPOSA DE STALIN


Los Alliluyev: Nadezha (Nadya)
                                                         ( LA  SEGUNDA ESPOSA)
                                 ( Y no confundirla con otra Nadya, la fea y fiel esposa de Lenin )

1917. Revolucione  rusa.  Hoz y Martillo. Muchos son felices. Muchos aterrorizados. Muchos muertos, también.


STALIN. 1918 ?  CUANDO SE CASÓ CON NADYA


Pero la Nadezha, Nadya, siguió creciendo en la nueva Rusia y  como hija del casi héroe revolucionario, el compañero Sergei Alliluyev, consigue trabajo nada menos que en la Oficina central del Gran Jefe Lenin, en San Petersburgo y era la experta de un código confidencial, top secret.  Tenía más o menos 16 o 17 años. Muy linda. Se vestía en manera simpática, extravagante según  al ambiente, se pintaba, no era la expresión típica seria de la revolucionaria soviética  siempre vestida de negro, ascética, descuidada.   Y era era bonitísima. Total Stalin se volvió a encontrar casualmente  con ella.  Y Lenin, involuntario celestino,  los mandó juntos a no sé qué misión no sé dónde.  Simpatizaron.  Ella tenía 17 años, el  tenia 38. 
Quizás él seguía siendo para ella el misterioso personaje que había conocido en su niñez, su salvador, su Robín Hood, casi un Príncipe Azul. Total, un buen día el buen Stalin,   algo  borrachito, trató de seducirla. Ella se dejó.  Fueron amantes.  Quedo en estado.
 Cuando el padre de Nadya,  el ahora personaje soviético  y casi héroe  Sergei Alliluyev se dio cuenta de eso, se olvidó de las teorías  modernas  del amor libre socialista y exigió lo que hubiera exigido cualquier padre burgués: que se casaran!  Y se casaron.  Así que Olga Alliluyeva,  esposa de Sergei y madre de Nadya, de probable  ex amante de Stalin  se transformó en segura suegra. 



1928 ?-  Nadya con SVETLANA.



 Y vino la cigüeña; hasta en la Rusia Soviética llegaban  las cigüeñas. Primero trajo a Vassili, en 1921 y en el año 1927 trajo a Svetlana.  Hablaremos mas tarde de esos dos  infelices hijos de Stalin  y del otro hijo, el primogénito Yácov,  más infeliz todavía. Pero  ahora comentaremos brevemente  algo de la segunda esposa de Stalin, la salvada de las aguas Nadya, que fue la más infeliz de todos.


 
STALIN Y  NADYA 
Se casaron, es cierto. Seguro que ella estaba enamoradísima de su héroe. Y ¿Stalin? Stalin…no se sabe. Yo he leído algunos trozos de cartas de Stalin a su esposa, con expresiones de ternura normales de un marido que ama a su esposa. Pero también es cierto  que el  georgiano ex héroe fugitivo  bien aprovechó los secretos que su esposa conocía  como secretaria privada  manejando el top secret de Lenin; secretos  que ella,  esposa fiel pero  secretaria traidora,  pasaba a  escondida a su marido. Parece que la luna de miel no duró mucho. Tirantez y peleas  fueron siempre más frecuentes.  La hija de ambos, Svetlana,  añísimos después comentará que en los últimos tiempos escuchó su madre gritarle: Tú no eres lo que yo creía que tú fueras.  Eres un monstruo. Tratas mal a tus hijos, tratas mal a tu esposa  y tratas mal al pueblo de Rusia.
Parece que Nadya le pidió el divorcio a Stalin y que Stalin no quiso dárselo. Total en 1932, a sus 31 años de edad, con la hijita Svetlana de 5 años,  la esposa de Stalin murió trágicamente. Suicidio, fue un comentario. Apendicitis,  dijeron algunos.   Uxoricidio, susurraron otros.  Lo que sí es cierto es que la Nadezha Alliluyeva  no era psíquicamente estable. Se le alternaban depresiones y manías.  Esas son enfermedades en parte hereditarias.  En  parte. Por otro lado,  ¿cómo no tener depresiones teniendo como esposo a un hombre de esa estatura? Esas inestabilidades  sicológicas de Nadya, pasaron a los hijos. Tampoco Vassili, tampoco Svetlana serán personas normales. Pero tampoco lo fue Yacov, el hijo de Ekaterina Svanidse. No se puede ser “normal” teniendo un padre o un esposo como Stalin.


Para tener una vida tranquila, serena, feliz, hay que vivir en un entorno normal. Los grandes, los grandísimos, los hombres que dejan huellas, en bien o en mal, son personajes que queman a todos los que están cerca de ellos. El Sol, las Estrellas queman si se les acerca demasiado.  Que los grandes sigan sus destinos  y que los normales sigamos en nuestra mediocridad.  La Áurea Mediócritas como decía Horacio. En éste sentido clásico: el justo punto en el medio. Es más saludable.  Al fin,  ¿qué es lo que importa en la vida?  Seguramente vivirla en la mejor manera posible y no que  las zozobren  los genios. Los genios nos  destruyen.

Son capaces de construir  a un mundo nuevo  pero destrozan a su familia.
                                               *******

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Esa pregunta "¿Qué es lo que importa en la vida?" la contestó Marcello Mastroianni en una entrevista: la comida, el vino, las mujeres...
Salud, Aldo.
Angel

Anónimo dijo...

La amistad, añadiría yo.
Angel.

Anónimo dijo...

Aldo:

Dejas reflexionando: "Los grandes los grandisimos hombres dejan huella para bien o para mal, que queman a todos los que estan cerca de ellos, como el sol, las estrellas, si se les acercan, LA VIDA HAY QUE VIVIRLA LO MEJOR
POSIBLE"
Me gustó.
Sigue escribiendo,
na

Unknown dijo...

¿Qué importa en la vida? Vivirla de la mejor manera, sí. Y añado que para ser feliz haciendo y siendo. Gracias a la vida por la mediocridad... viéndola de esa manera.
Geniales los posts de Stalin, gracias Aldo! Besos