LAS AMANTES DE MUSSOLINI - POST Nº 3/10
ANNA
KULISHOVA
También ella
rusa, también ella hebrea. Y muy probablemente no fue amante de Mussolini en el
sentido real. Pero sí hubo sin duda mucha compenetración. Mujer
inteligentísima, bella, charmant, anarquista, médica, revolucionaria,
anticonformista.
Nacida en
una rica familia de Crimea, siendo joven estudió filosofía en la
Universidad de Zurigo. Las familias "bien" de Rusia acostumbraban
mandar a sus retoños a educarse a Europa: y los que regresaron, en muchos
casos, fueron sus verdugos.
Y la notaron
tanto que la notó también la policía zarista y por eso sufrió su primer proceso
en Rusia por su actitud poco conformista. Shalom papá y mamá… y se
escapó a Suiza y allí cambió su nombre por miedo a terminar ella también en
Siberia como el admirado Bakunín. Su nombre, de Anna Moiséyevna Rosenshtein se
transformará para siempre en Anna Kulishova. Otra vez en Suiza, esta vez
conocerá Andrea Costa, padre del Socialismo Italiano y creador del Partido
Socialista Anárquico Revolucionario. No sé si se casaron o no. Pero eso para
ellos era un detalle de las leyes pequeño burguesas que no les impidió tener una hija, según las leyes de la naturaleza.
ANDREA COSTA padre de Ninetta |
Pero antes
de eso se irán a París, de donde serán regularmente expulsados, y se irán a
Italia. Pero en Italia Anna será procesada otra vez. Regresará a Suiza y de
Suiza, clandestinamente, volverá a irse a Italia donde también volverá a ser
arrestada. Otra vez va a Suiza y por fin otra vez a Italia. Seguramente conocía
mejor que cualquier contrabandista los caminos clandestinos entre Italia y
Suiza. En Italia, por fin, se estableció en Imola, con Andrea Costa, y allí
nacerá Andreína (Ninetta). Poco después entre Anna y Andrea terminará la
aventura amorosa pero seguirán siendo amigos, manteniendo ciertos contactos. Y
regresará a Suiza, la inquieta Anna, pero con su hija y esta vez en plan
diferente. Se inscribe a Medicina y se recuperará de la tuberculosis que había
contraído en la cárcel de Florencia. Después de unos años se especializará en
Italia en ginecología y en su tesis descubrirá nada menos que el origen
bacteriológico de la sepsis puerperal, con lo cual poco más adelante se
salvarán millones de mujeres después del parto. Así que también científica y de
peso. Debería haber recibido un Nobel por eso. Se muda por fin a Milán, y allí
trabajará como médico. Pero no abandonará sus ideales y se dedicará mucho a los
barrios pobres de la ciudad: Será llamada la “Doctora de los pobres”.
Y ¡esas son
mujeres! ¡Y eso es un médico de verdad! Y ¡no el charlatán que busca cualquier
profesión solamente en visión del beneficio económico que le pueda
proporcionar!
Más adelante en el tiempo, será considerada el mejor cerebro del socialismo italiano y ante ella quedará deferente y admirado hasta Benito Mussolini.
Pero, a pesar de esto, será arrestada en Italia, ¡por el reato de opinión! Solamente después de varios
meses fue liberada por indulto.
Ella tuvo
dos grandes decepciones en su vida.
Una fue su
hija Ninetta. En una carta que ella escribió a su ex compañero Andrea Costa, le comentó que la hija se había casado con un buenísimo muchacho de Milán, que tenía una
infinidad de virtudes; pero que formaba parte del parentesco más negro del
conservadurismo milanés. Claro, ellos eran dos revolucionarios ateos socialistas anárquicos y les costó que su Ninetta abrazara la fe
católica. Y le confesaba a Costa que le daba mucha melancolía observar que “nosotros
no somos nuestros hijos… que ella (Ninetta) no tiene ni el ánimo rebelde ni el
temperamento combativo de nosotros”
Y para
colmo, después de unos años, la tal Ninetta tendrá dos hijos, que serán dos
religiosísimos fieles cristianos: uno será abad de un monasterio de Frailes
Benedictinos y la otra hija será Carmelitana. Pero Carmelitana descalza, por
añadidura.
GIOVANNI GIOLITTI |
La otra gran decepción fue Giovanni Giolitti, el jefe de Gobierno y casi de izquierda. Resulta que Anna había peleado y trabajado años y años para la extensión del voto político a las mujeres. Para el Sufragio femenino, pues. Y Giolitti, a pesar de ser hombre de izquierda, cuando decide sobre el sufragio, extiende el masculino hasta a los analfabetas, con tal que fueran mayores de 30 años. ¡Pero siguió excluyendo a las mujeres! Obviamente el político Giolitti habrá tenido la natural preocupación que las mujeres, más fácilmente influenciables por los párrocos, pudieran cambiar el equilibrio de partidos. Pero para la Kulishova, íntegra e inflexible, eso fue una puñalada al pecho y una gran decepción. Y de allá comenzó su hundimiento.
FILIPPO TURATI |
Anna Kulishova- 1908 Florencia |
Mussolini era un tremendo machista. Pero sabía reconocer y admirar un
cerebro brillante. Hasta en una mujer y hebrea, por añadidura. Aquel psicópata de Hitler nunca hubiera podido hacerlo.
FIN DEL POST Nº 3/10
6 comentarios:
"¡Y esas son mujeres! ¡Y eso es un médico de verdad!"
Tienes razón, ¡carajo!
Angel.
Me sigues impresionando con tu saga. Te sigo con con real interés.
¡Qué portento de mujeres que estás rescatando!
ALFA, ESAS SI ETRAN MUJERES CON " PANTALONES BIEN PUESTOS. UNA QUE ERA AMIGA DE MUSSOLINI Y DE LENIN. ´na guará.. SE DIRIA EN VENEZUELA. LA OTRA, LA DE AHORA, BELLA ELEGANTE CULTA ARISTOCRÀTICA, CASI PREMIO NOBEL.
Y VERAS LAS DEMAS. LA MENOS IMPORTANTE FUE UNA PRINCESA DE SANGRE REAL. TE VAS A ASOMBRAR.
Sr.Macor:
Realmente esta señora fue una erudita en muchos aqspectos, digna de que se escriba sobre su vida. Además es un personaje y en aquella época donde existía más que ahora la discriminación para las mujeres en determinados trabajos. Imagínese ella sola abriéndose pasos agigantados entre grandes hombres que le pondrían obstáculos y sin embargo se elevó de acuerdo a su intelecto. Esas son las personas que dejan huella en la vida.
Lo felicito Sr.Macor nació para escribir, después de demostrar ser gran escultor, si viviera 100 años más seguiría asombrándonos, es incansable y tenaz en todo.
Como he dicho en ocasiones, estas mujeres tienen más "atributos" que muchos hombres...
Vuelvo, vuelvo y me entusiasmo!
Besos
Carmen
Aldo:
Estamos en espera de la narración de la siguiente amante,
Saludos,
Norma
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