Fue
el año pasado.
En
un viaje de Madrid a Montevideo, clase turística. Hace ya tiempo dejé de viajar
en primera clase, o ejecutiva como me parece se llama ahora. La primera clase,
la segunda o la tercera son expresiones demasiado elitistas
que han sido borradas del vocabulario de estos tiempos
democratoides y socialistoides que pretenden horrorizarse por expresiones
casi racistas.
En
mi época de primera clase las hostess eran bellísimas y gentilísimas pero yo no
me fijaba mucho en ellas por formar parte del normal contorno. Ayudaban al
señor pasajero con sus pertenencias, colocaban ellas mismas las valijas en el
maletero de arriba, regalándonos inocentemente una generosa
visión de sus bien torneadas piernas hasta, en algunos casos, esos
coquetos sujetadores a la Moulin Rouge. Ofrecían multicolores
tapaojos de seda para permitirnos un sueño más placentero; y
todavía me queda uno del primer viaje que hice a las Américas con Alitalia en
el 54. Después de la muy refinada cena acompañada de vinos de primera y cognac
final, bajaban unas especies de cuccetas, bastante cómodas para dormir
tranquilamente extendido. El viaje era de la durada de 24 horas
y no puedo no pensar a mi viaje en Concorde de Caracas a París en cuatro
horas solamente 25 años mas tarde. Pero entonces el viaje era de 24
horas, como dije, aun que las horas de vuelo eran algo menos. El avión era un
Super Constellation, de hélice, cuatro motores. Saliendo de Roma, Ciampino, la
primera parada era en Lisboa, el extremo occidental de Europa. La segunda
en la Isla del Sal, en las Cabo Verde, todavía cercanas a África, y
a llenar los tanques para la gran travesía del Mar Tenebroso, como se llamaba
el Atlántico en los tiempos de Colon; allí subieron en el avión unos
negros mastodónticos para desinfectar: no se sabía bien si a nosotros de
ellos, o a ellos de nosotros. Después se inició la gran travesía
y con las primeras luces del alba, nos apareció de lejos Trinidad, que
me recordaba historias de Piratas del Caribe y de la
“Filibusta”; y con Tobago, que sobrevolamos, la aventura de
Robinson Crusoe con su “ negrito” Viernes”, como lo llamaba
Emilio Sálgari. Y por fin Maiquetía, el aeropuerto de Caracas, el primer
encuentro con los Trópicos que me seducirán de por vida.
Eran
otros tiempos.
Y
yo también era otra persona, con 50 años menos.
Y
eso más o menos iba yo pensando y recordando en el barullo del
viaje en económica, entre codazos, empujones, y carreras para tratar de
ocupar los puestos de arriba para las maletas que ahora me costaba un
poco mas subir porque los bíceps y tríceps braquiales ya no eran los mismos de
hace 50 años.
Pero
quizás era la misma la obsoleta costumbre de ser gentil con las
damas. Y me fijé en una señora a mi lado, de discreta figura, que entre
codazos y empujones trataba de colocar su valija en el compartimiento de
arriba. La señora no era ya una chica de 25 años, sino una delicada y más o
menos elegante señora con por lo menos treinta años menos que yo; una joven
mujer, podría yo decir a mis ochenta y pasa años. Al verla preocupada por no
poder subir su maleta y soportando a su lado los empujones de algún fiambrero
que con su irracional apuro la ponía más nerviosa, yo , el viejo gentil
hombre , con o sin el yelmo de Mambrino, quizás por un no todavía apagado
sentido de galantería; o quizás por antipatía clasista o envidia de los
musculosos brazos del fiambrero, yo, decía, mirando a la señora y sin
decirle palabra, agarré su maleta. En realidad pesaba bastante más de lo que me
suponía , pero a la guerre comme a la guerre, y una vez recogido
el guante tenía que aceptar la tenzón. Así que mano derecha en la manopla,
mano izquierda en el fondo de la maleta, las piernas ya no tan ágiles ni tan musculosas
para treparme en el asiento, hago esfuerzos que trato de
simular. La señora está detrás de mí, no la veo pero siento su mirada
seguramente entre agradecida y preocupada. Sigo con el esfuerzo y al momento
de soltar la maleta en su maldito espacio …en este preciso momento siento que
por el alivio de mis glúteos, de mis pobres abdominales, de las
piernas en semi temblor, sin yo quererlo, no logro soltar solamente la maleta,
sino un exhausto desafinado vulgar ruidoso y prolongado pedo
de alivio. Un pedo que después de haber explotado con virulencia
irreverente en la cara de la gentil señora, llenará el avión
desde la Cabina de mando hasta los extremos de la cola.
Estos
son los justificados momentos en que el Homo Sapiens quisiera ser avestruz.
Me
quedé paralizado. ¿Cuanto tiempo? ¿Fracciones de segundos? ¿Una eternidad?
Y
oí la voz de un ángel:
“No
se preocupe, señor. Son cosas que pasan. Pero lo que no pasa es que Ud. es un
caballero. Le estoy muy muy agradecida…”
Y
cuando bajé del Everest donde me había encaramado para mi acción heroica, ella
se me acercó; pero ya no era una señora cualquiera. Ella era una dama. Quizás
se llamaba Dulcinea.
Me
miró, se me acercó más y me dio un beso en la mejilla.
“No
piense mas en eso. ¿Que lo lleva a Ud. a Montevideo…? “
Quiso
distraerme con su conversación.
7 comentarios:
jajaja buenísimo, me encantó...me hizo reír toda la mañana, porque tengo algunos cuentos similares y no todos terminaron en un beso...
Bravo!!!
Mi abuela decía algo así como:
"sano di culo, sano de corpo, chi no tromba, sono morto".
( Y si el italiano o similar escrito no me salió muy bien, sepa disculparme. Quizás la gracia y la verdad que enseña el dicho lo haga sonreír.)
Alguien debería escribir la historia de los pedos más famosos.
¿Habrá alguno que haya evitado una guerra mundial?
La verdad es que no estoy familiarizado con el tema.
Saludos, viejo y amable caballero.
Angel.
Alfa... me hiciste reir con el dicho de la abuela ! Te dirè: TROMBARE ( CHI NON TROMBA) és forma dialectal de mas de una region de Ialia. Y tiene dos significados distintos: uno es TROMBA, TROMBAR, TOCAR LA TROMBA, ...y por lo tanto tiene el segnificado que le dió Dante Alighieri cuando dice: "" ed ei del cul fece trombetta"" Y ESTE TIPO CON EL CULO HIZO UNA TROMPETILLA".
El otro significado es una francesismo,,, y tiene el significado de FOTTERE, SCOPARE, COGER... y seria: si no cojo, me muero,,jajajaja
Asi que cualquiera de los dos... en honor a tu abuelita.
Alfa, estaba pensando que la frase histórica de la abuela probablemente era asi:
""Sano di culo,
sano di corpo,
se non trombo
sono morto.""
Donde cualquiera de los dos significados ( tocar la trompeta o cojer )puede valer y es granmaticalmente aceptable. Che ne pensi?
Aldo:
la versión de la nona Lucía-mi nona postiza- ya escribí un recuerdo de ella el año pasado en el blog "Memorios"- era en tercera persona:
"sano di culo, sano di corpo, chi non tromba, sono morto".
¿Por qué? Porque la empleaba cuando sentía que "alguien" se había tirado un sonoro "cuesco"......
Pero la otra versión ¡también está buenísima!
(sobre todo por el "doble significado"......)
Cariños
Aldo, brillante. Tanto la manera de "salir" de la situación, como la elegancia y comicidad para relatarla. Gracias por dejarla conocer!
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